El gigantesco derrumbe que se produjo en la vía Panamericana en el sector de Rosas en el vecino departamento del Cauca, se constituye en este principio de año, en una pésima noticia para Nariño.
En efecto, nuestra región ha quedado incomunicada con gran parte del país en una situación que de acuerdo con los primeros pronunciamientos de los expertos se podría prolongar hasta los primeros días del próximo mes de febrero.
Entonces, de manera intempestiva, nos vemos enfrentados en este despuntar del 2023 con un hecho en el que desde ya vislumbramos muchas dificultades. No nos referimos solo al calvario por el que están atravesando en estos instantes miles de personas quienes de manera abrupta se quedaron en mitad de la vía: quienes, desde la ciudad de Pasto, retornaban a Popayán, Cali y otros destinos, luego de asistir al Carnaval de Negros y Blancos y quienes, igualmente, retornaban a la capital nariñense provenientes de diferentes zonas colombianas, luego de pasar los días de Navidad y fin de año, con sus familiares.
«El gigantesco derrumbe que se produjo en la vía Panamericana en el sector de Rosas en el vecino departamento del Cauca, se constituye en este principio de año, en una pésima noticia para Nariño.»
Nos estamos refiriendo a unos hechos delicados, puesto que gran parte de los viajeros que iban en uno u otro sentido, no contaban con los recursos económicos suficientes, por lo que su estadía en la vía se ha convertido en un verdadero calvario, el cual afortunadamente trata de mitigar el Ejército Nacional, transportándolos en helicópteros.
Lo que a nosotros nos parece inconcebible y aberrante, es lo que están haciendo en estos instantes, algunas aerolíneas aéreas, las que, aprovechándose de la imprevista emergencia, decidieron subir los precios de los tiquetes aéreos de una manera astronómica, la cual nosotros no vacilamos en calificar como infame, al llegar a cobrar hasta 3 millones de pesos por un pasaje aéreo entre Pasto y Bogotá y, un millón de pesos en el itinerario entre Pasto y Cali. De allí, que aplaudamos la actitud asumida por el ministerio del Transporte en el sentido de ponerle coto a esta terrible especulación por parte de quienes no les importa el espantoso drama que afrontan en estos instantes miles de compatriotas.
Aparte de ello, tenemos que referirnos a las consecuencias que seguramente se derivarán en detrimento del Departamento de Nariño, a consecuencia de este bloqueo de la vía Panamericana. Es así como desde ya comienza a inquietar un posible desabastecimiento de combustible en la ciudad de Pasto, en una alarma que se prendió una vez se conoció la tragedia, puesto que los conductores empezaron a hacer largas filas ante las estaciones de gasolina, a pesar que ayer se hizo el anuncio de que Nariño, se aprovisionará de gasolina a través del Ecuador.
Aparte del combustible, se teme que el prolongado cierre de la frontera ocasione en nuestro medio escasez de algunos productos agrícolas, así como de elementos de construcción y otros artículos que nos llegan del interior del país, además de los perjuicios que tendrán que afrontar los campesinos locales, con la salida de productos de la región que son muy apetecidos en el Cauca, Valle del Cauca y en general, en el interior del país, como es el caso de la papa.
Por esta razón, en estos instantes, cuando atravesamos esta delicada emergencia que en Nariño nos dañó el inicio del año, de manera obligada tenemos que pensar en cuanta falta nos hace la cristalización de la Doble Calzada Pasto-Popayán. Una obra por la que seguimos clamando todos los nariñenses que hoy por falta de vías de envergadura, nos hace afrontar un episodio, que, sin temor a exagerar, debemos señalar como gravísimo.