Por: Sofonías Rodríguez M.
Como a todos nos toca, esta vez por llamado del Padre Celestial tomó su camino sin retorno nuestro pariente, Raúl Montezuma Zambrano, hijo de Clímaco y Lucila, quienes pasaron los primeros años de matrimonio en su natal Sandoná y pronto buscando nuevos horizontes se radicaron en Cali y allí sus hijos, por diferentes caminos, desarrollaron sus proyectos de vida.
Raúl era abogado de la Universidad Libre, pero a pesar de haber sido un aventajado estudiante y cotizado profesional, casi nunca ejerció. Llegó arrancando el año 70 a Sandoná como docente de Español y Literatura al Colegio Santo Tomás de Aquino. En cumplimiento de mi labor como profesor tuve la oportunidad de compartir, tanto en las metodologías propias del área como en la vida social para la que compartimos y disfrutamos de ese humor que con un particular estilo siempre lo hizo.-Fue Rector encargado por varios meses y cumplió con toda su capacidad pedagógica-administrativa y singulares calidades humanas.
Era organizado y exigente a la hora de programar eventos y como tal había que consultarle hasta lo más mínimo para que quedar bien ante la sociedad.-Aparte de esto le gustaba cantar y en muchas ocasiones con mi compadre Everardo Ortiz, Antonio Torres, Alvaro Bastidas,dimos serenatas de esas que nunca se cobraban pero que quedaba aparte del sabor al buen trago, la inmensa satisfacción de haber contribuido para que los enamorados de ese entonces pretendieran un amor.-
Más adelante y después de haber hecho un invaluable aporte a la educación de la juventud sandoneña, por lo cual hubo manifestaciones de perenne gratitud en todos los estamentos institucionales se residenció en la ciudad de Pasto donde el ciclismo fue su mejor amigo y la razón era ni más ni menos que su hermano Harold Montes, fue una de las grandes figuras en el deporte del pedal al lado de Parménides Guerrero, Humberto Córdoba, Colón Sitelly y otros.
Raúl, aparte de atender su almacén de bicicletas por la calle Angosta con su esposa Margoth, se fue metiendo en el ámbito ciclístico de la capital dentro de su parte organizativa y pronto llegó a constituirse en alto directivo de la Liga de Ciclismo de Nariño en donde cumplió como mejor pudo dejando su huella imborrable tanto en deportistas como en dirigentes y en la prensa nariñense y todos destacaron su positiva labor al frente del deporte de las vielas.-
A todo lo realizado con gran capacidad y profundo amor por su tierra en educación y deporte de Nariño, sólo nos queda decir:Gracias, muchas gracias Raúl por todo lo que Dios y la vida le permitieron hacer. Paz en su tumba.
En estos momentos de dolor, estamos enviando nuestro sentimiento de profundo pesar a su hermana Rosita, a sus hijos :Raúl y Claudia,extensivo a sus familiares.

