Gobierno afronta su peor crisis: adiós a Laura Sarabia y Armando Benedetti

El presidente de la República, Gustavo Petro anunció la salida de la jefe de gabinete Laura Sarabia y el embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, luego del escándalo de la exniñera, que ahora resulta que son dos, y las interceptaciones o “chuzadas” telefónicas ilegales.

Gustavo Petro, presidente.

Fue una determinación que se adoptó luego de que el mandatario nacional escuchara  las versiones que sobre el bochornoso episodio le entregaron en reuniones privadas que sostuvieron con él, Sarabia y Benedetti.

Igualmente, para llegar a esa determinación, en desarrollo de la cual, el Gobierno Nacional pierde a dos de sus principales colaboradores y aliados, se tuvo en cuenta las interceptaciones ilegales que se habrían realizado en contra de la exniñera de la Jefe de Gabinete, un hecho que causó un enorme rechazo en el gabinete presidencial, el que fue denunciado por el Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa.

De acuerdo con lo manifestado por Barbosa, la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (Dijin) interceptó de manera ilegal las comunicaciones de la exniñera del hijo de Laura Sarabia, Marelbys Mesa, quien fue acusada por ella, de haberle robado un maletín que contenía la suma de 7 mil dólares.

Armando Benedetti

Es de anotar que horas más tarde, la Policía Nacional confirmó en un comunicado las interceptaciones a la exniñera de la jefe de Gabinete y otra exempleada en el marco de una supuesta investigación contra el Clan del Golfo. Según la Fiscalía General, las hicieron pasar como dos integrantes de ese grupo criminal bajo los alias de ‘La cocinera’ y ‘La madrina’.

Sobre este lamentable episodio la institución policial dijo que ese procedimiento comenzó a ponerse en marcha el pasado 30 de enero, pero que 72 horas después, el analista judicial solicitó, ante la autoridad competente, cancelar la línea del proceso investigativo, argumentando que no correspondía a la motivación fundada.

Reunión poco amigable

Un poco más de dos horas se prolongó el encuentro entre el presidente Gustavo Petro, su jefe de gabinete, Laura Sarabia y el Embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, en medio de la peor crisis del actual Gobierno , después de las denuncias  que hizo a nivel nacional la exniñera del hijo de Sarabia, Marelbys Mesa, en un encuentro en lo que según se ha informado hubo momentos en que Petro se quedó a solas con Benedetti o con Sarabia.

Marelbys Mesa, niñera.

La reunión se hizo después de las 10:00 de la noche del jueves, a pocas horas de la rueda de prensa del fiscal Francisco Barbosa y la vicefiscal, Martha Mancera, en la que le informaron al país que la exniñera y la empleada doméstica, habían sido chuzadas por la Dijin,    

El encuentro se dio en la casa de otro alto funcionario de Palacio y fue muy tensa. La primera solución que llevó el jefe de Estado a la reunión fue que tanto Sarabia como Benedetti debían irse. Sin embargo, fuentes de la Casa de Nariño  aseguraron que el presidente de la República se dio un fuerte abrazo con Sarabia y se mostró solidario con ella.

Pero la conversación con Benedetti fue más difícil. Hubo recriminaciones del presidente y poco escuchó las razones del embajador de Colombia en Venezuela, pese a que es de todos conocida la cercanía entre los dos y una confianza que fue evidente en desarrollo de la campaña que llevó a Gustavo Petro a la presidencia de la República, en la que siempre el senador lo acompañó.

Acusaciones mutuas

En síntesis, al presidente Petro se le observó más intransigente con Benedetti que con Laura Sarabia, a pesar de las graves acusaciones en su contra, por parte de la niñera y de la Fiscalía General de la Nación.

Francisco Barbosa, fiscal.

Por su parte, se sabe que Sarabia acusó a Benedetti de haber sido la persona de haber sido la persona que filtró la noticia a los medios de comunicación u de instigar las denuncias de la niñera.

Igualmente, Benedetti acuso a Sarabia de ser quien filtró a varios medios, informaciones en contra suya, con el objetivo de desprestigiarlo e intentar calmar el escándalo.