Genocidio palestino: Israel ataca Gaza pese a la tregua y asesina a cinco personas en nuevo bombardeo

La Franja de Gaza volvió a ser escenario de graves ataques militares israelíes en medio de una crisis humanitaria cada vez más profunda. El sábado 13 de diciembre de 2025, un dron israelí bombardeó un vehículo en la zona occidental de la ciudad de Gaza, a pesar de que se encuentra vigente un alto al fuego. Como resultado del ataque, al menos cinco personas murieron y más de 25 resultaron heridas, en su mayoría civiles. Según versiones difundidas por medios regionales, el objetivo del ataque habría sido Raed Saad, un supuesto líder de la resistencia palestina, aunque Israel ya había informado su muerte en un ataque anterior, lo que genera serias dudas sobre la justificación de la operación.

El ataque se produjo en un contexto de reiteradas violaciones a la tregua. De acuerdo con la Oficina de Medios del Gobierno de Gaza, Israel ha incumplido el alto al fuego al menos 738 veces desde que fue anunciado el pasado 10 de octubre. En ese período, cerca de 400 civiles palestinos habrían sido asesinados. El mismo día del bombardeo con dron, una niña resultó herida por disparos efectuados desde embarcaciones israelíes frente a la costa de Rafah, lo que refuerza las denuncias sobre el uso continuo de fuerza letal contra población civil.

Organizaciones humanitarias y distintos actores internacionales han advertido que la situación en Gaza constituye una violación sistemática del derecho internacional humanitario. La ofensiva militar sostenida, sumada al colapso casi total de los servicios básicos, ha dejado a millones de personas en condiciones extremas de vulnerabilidad. A pesar de los reiterados llamados internacionales para detener las hostilidades, el bloqueo al ingreso de ayuda humanitaria sigue vigente, profundizando el sufrimiento de la población civil, especialmente de mujeres, niños y personas desplazadas.

A esta situación crítica se suma el impacto devastador de la tormenta invernal Byron, que ha agravado de manera dramática la emergencia humanitaria. La destrucción previa de la infraestructura por los bombardeos impide que miles de familias puedan resguardarse del frío. Más de 53.000 tiendas de campaña, que servían como refugio para personas desplazadas, han sido dañadas o completamente destruidas por las intensas lluvias y los fuertes vientos.

Las consecuencias han sido letales: al menos diez personas murieron tras el derrumbe de edificaciones que ya habían sido debilitadas por ataques aéreos anteriores. Además, las inundaciones contaminaron las fuentes de agua potable, arrasaron cultivos y dejaron a cientos de miles de personas sin alimentos ni refugio adecuado. La pérdida de medicamentos y equipos médicos, junto con caminos intransitables, ha dificultado gravemente el acceso de ambulancias y de la limitada ayuda humanitaria que logra ingresar al enclave.

El colapso de los sistemas de agua y saneamiento incrementó el riesgo de brotes de enfermedades, mientras que la destrucción de reservas alimentarias profundiza la crisis de hambre en Gaza. En este contexto, organizaciones palestinas y humanitarias denuncian la pasividad de la comunidad internacional frente a las constantes violaciones del alto al fuego y el deterioro acelerado de las condiciones de vida de la población, que enfrenta simultáneamente la violencia militar, el bloqueo y una catástrofe humanitaria provocada por el invierno.

En conjunto, la situación en Gaza refleja un escenario límite, donde la continuidad de los ataques, la fragilidad del alto al fuego y la falta de una respuesta internacional efectiva están dejando a la población civil atrapada en una crisis humanitaria sin precedentes.