El próximo miércoles santo 27 de marzo del presente año en nuestra ciudad de Pasto se llevara a cabo un hecho histórico para los creyentes católicos, por primera vez se desarrollará la procesión infantil y juvenil, en la cual participaran niñas, niños y jóvenes llevando sobre sus hombros, imágenes de la pasión del Señor, réplicas de las efigies que procesionan por las calles de nuestra ciudad en las tradicionales procesiones del Martes, Viernes y Sábado Santo. Esta acción iniciará desde el templo de San Juan, Concatedral de Pasto, a las 6pm.
Este hecho es histórico porque da un papel preponderante a los menores de edad en estas manifestaciones públicas de fe cristiana católica, sembrando en ellos la semilla de una fe vivida no solo de palabra, sino con los actos, que son la muestra más importante para que, a través del ejemplo, se continúe evangelizando en medio de una sociedad a la cual, en su mayoría lastimosamente, el tema de la religión les genera repulsión.
Esta iniciativa debe ponderarse puesto que es una respuesta de las asociaciones y cofradías católicas al normal devenir de la vida, estos grupos poco a poco envejecen, y se necesita hacer el cambio generacional pertinente para que, las procesiones continúen desarrollándose sin ningún contratiempo, y cada vez más conscientes de que con este acto, no solo se está sacando imágenes a las calles por hacerlo, sino que se envía un mensaje tanto creyentes como incrédulos, nuestra fe está viva y a pesar de todas las dificultades, sigue y seguirá siendo sólida.
Es preciso llamar la atención a las parroquias de la ciudad y a la misma Diócesis de Pasto para que esta idea, en años venideros, tenga un mayor apoyo de su parte, en ocasiones escuchamos los reproches de los fieles quienes poco a poco se alejan de la iglesia católica, y en un porcentaje importante esto se da, porque no se mira el apoyo de parte de la curia a estas acciones, e incluso, como se ha sentido en los últimos años, se percibe un fuerte rechazo desde el episcopado local a todo lo que tenga que ver con las asociaciones y grupos que procesionan en nuestra ciudad.
Es hora de ver con otros ojos estas manifestaciones pues generan tres grandes beneficios para la ciudad, en primer lugar, vincularan a la niñez y juventud a vivir su fe de una manera más comprometida, permitiendo también que frente a un mundo en el que prima el individualismo, se generen espacios para desarrollar una sana convivencia, sin olvidar el atractivo turístico que se podría comenzar a considerar en nuestra ciudad, la ciudad teológica de Colombia.

