Mediante una operación ofensiva liderada por la Fuerza de Tarea Conjunta Hércules, bajo el mando del general Carlos Alberto Padilla Cepeda, se ha logrado desmantelar un laboratorio para el procesamiento de clorhidrato de cocaína en el sector de Alto Mira y Frontera, zona rural del municipio de Tumaco, Nariño. Este operativo se enmarca en el Plan de Campaña Conjunto Estratégico Ayacucho -Tiempo 2- y representa un duro golpe al narcotráfico en la región.
Durante la aproximación al lugar, las fuerzas armadas descubrieron que los alrededores habían sido minados, con la presencia de 34 minas antipersonal ocultas entre la vegetación, lo que representaba un grave peligro tanto para los efectivos militares como para la población civil. Este descubrimiento revela las extremas medidas de defensa utilizadas por los grupos criminales que operan en la zona.
El laboratorio desmantelado tenía una capacidad sorprendente, pudiendo producir entre 3 y 4 toneladas de clorhidrato de cocaína mensuales. Se presume que este complejo pertenecía al subsistema de finanzas ilegales de la estructura criminal Iván Ríos – Segunda Marquetalia, vinculada a las disidencias de las Farc. Esta organización ha estado activa en la región y representa una amenaza tanto para la seguridad pública como para la estabilidad social.
Operaciones militares
El enfrentamiento contra los delincuentes custodiando el laboratorio fue intenso, y obligó a los criminales a abandonar rápidamente el lugar, llevándose consigo los elementos y precursores utilizados en la producción de drogas. Además, intentaron utilizar a la población civil como escudo humano para obstaculizar las operaciones militares, un acto reprensible que pone en riesgo la vida de los ciudadanos inocentes.
Durante la inspección del área, se encontraron evidencias contundentes de la actividad narcotraficante, incluyendo más de 200 kilogramos de clorhidrato de cocaína, grandes cantidades de insumos químicos y equipos especializados para el procesamiento de la droga. La evaluación del complejo ilegal revela su gran valor, estimado en más de dos mil millones de pesos, lo que demuestra la lucratividad del negocio del narcotráfico en la región. Las autoridades continúan con el despliegue operacional en la zona con el objetivo de ubicar más complejos para el procesamiento de droga y debilitar las estructuras criminales de las disidencias de las Farc. Este operativo representa un paso importante en la lucha contra el narcotráfico y la consolidación del Estado de Derecho en la región de Nariño.
