En un exitoso operativo llevado a cabo por la Fuerza Pública, se destruyó un laboratorio clandestino para el procesamiento de cocaína en la vereda Corriente Seca, ubicada en la zona rural de Tumaco, Nariño.
La operación, ha sido calificada como un golpe contundente a la estructura narcotraficante conocida como Iván Ríos, una de las facciones más poderosas dentro de la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano.
Informes
Según los informes de inteligencia militar, el laboratorio tenía una capacidad de producción mensual de hasta 1,5 toneladas de clorhidrato de cocaína, lo que lo convertía en un centro de procesamiento clave para esta organización criminal.
Durante el allanamiento, las autoridades encontraron 714 kilos de droga, maquinaria de procesamiento, equipos logísticos especializados y, alarmantemente, 20 artefactos explosivos, lo que demuestra el nivel de sofisticación y el riesgo que representaba.
La destrucción del laboratorio representa una afectación económica directa de aproximadamente $3.996 millones de pesos colombianos para el grupo criminal, un golpe fuerte a esta estructura.
Capacidad
La capacidad de producción mensual de este laboratorio, que rondaba las 1,5 toneladas de cocaína, tenía un valor en el mercado ilícito que podría superar los $4.000 millones, lo que equivale a una pérdida significativa para la estructura narcotraficante de la CNEB.
Este golpe no solo destruye una de las fuentes de financiamiento más importantes para el grupo Iván Ríos, sino que también debilita su capacidad operativa en el departamento de Nariño, indicó el comandante Fuerza de Tarea Hércules, coronel William Morales.
Los artefactos explosivos encontrados en el lugar fueron neutralizados por unidades del Ejército, evitando un posible ataque contra las fuerzas de seguridad o la población civil, resguardando su seguridad.

