Elsy Melo, directora.

Fiestas tradicionales: identidad, memoria y paz

Por: Elsy Melo

“Los primeros días de julio, en Ancuya, se celebraron las fiestas patronales de la Virgen de la Visitación; el primer fin de semana de julio, en el corregimiento de Abonuco, se celebraron con entusiasmo las fiestas tradicionales de las Guaguas de Pan, una manifestación viva de la cultura popular nariñense; unos días antes, a finales de junio, en la vereda San Pedro de la Laguna, la comunidad se reunió para conmemorar con devoción las festividades en honor a San Pedro Apóstol. Así, como cada año, diferentes territorios de nuestro departamento y del país se visten de fiesta, convocando a niños, niñas, jóvenes y adultos a un encuentro que va más allá de lo religioso: es una afirmación de la vida, la identidad y la memoria.

Estas celebraciones, adornadas de música tradicional, platos típicos y bailes transmitidos de generación en generación, son mucho más que eventos folclóricos. Son espacios de encuentro comunitario, de transmisión de saberes, de fortalecimiento de vínculos familiares y vecinales. Son, también, una expresión genuina de resistencia cultural en un país como el nuestro, que ha padecido décadas de conflicto armado y fractura social.

Desde mi formación en Derechos Humanos, me he preguntado con frecuencia: ¿qué relación tienen estas fiestas tradicionales con la construcción de paz? Si miramos con atención, descubrimos que su vínculo con la paz es profundo, cotidiano y necesario.

La paz no se construye únicamente desde los grandes acuerdos o en las altas esferas del poder político. Se edifica día a día en los territorios, en las prácticas culturales, en los gestos de solidaridad y en la memoria colectiva que cada comunidad salvaguarda. Cuando una comunidad se organiza para celebrar su historia, para recordar a sus ancestros, para bailar al ritmo de su música y compartir el alimento con sus vecinos, está apostándole a la vida, al arraigo y a la esperanza. Y eso es hacer paz.

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Fortalecer las fiestas tradicionales es fortalecer la identidad, es tejer los hilos que nos unen al pasado, pero también al presente y al futuro compartido, es resistir al olvido, al desplazamiento forzado, a la homogenización impuesta por modelos ajenos a nuestros contextos. Celebrar no es evadir la realidad, es asumirla con alegría y dignidad, reafirmando que, pese al dolor y la adversidad, seguimos aquí, de pie, cantando, danzando, resistiendo.

Por eso, desde este espacio, animo a todos y todas a valorar, proteger y participar activamente en estas conmemoraciones populares. A ver en ellas no solo una ocasión para el festejo, sino una oportunidad para fortalecer el tejido social, para recordar quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde queremos ir. En cada instrumento, en cada paso de danza, en cada plato típico que compartimos, se manifiesta una pedagogía silenciosa pero poderosa de paz.

Porque sí celebrar también es construir la paz” (Docente Esap, Magister Yudy Zambrano Meza).