JORGE HERNANDO CARVAJAL PÉREZ
Por estos días los profesores están de celebración, lo que me agrada bastante puesto que a pesar de los años transcurridos siempre recuerdo a quienes fueron mis maestros.
En ese sentido, hablando al respecto con algunos amigos, ellos tienen en la mente a los profesores que fueron “buena gente” , a quienes se refieren en los mejores términos, pero en cambio, no se refieren bien a los que eran “cuchillas” como se decía en mis tiempos, para identificar a esos maestros que no pasaban una y se excedían en unos en las calificaciones que en mis tiempos eran del 1 al 5.
Pero fíjense, mi caso es al revés y siempre recuerdo con cariño a los profesores duros, algunos de los cuales todavía creían a pie juntilla de que los conocimientos con sangre entran y en lejanos años, le pegaban a uno un reglazo en la mano.
No es que haya sido masoquista ni mucho menos, sino que la verdad es que con ellos aprendí mucho más, que con los maestros y maestras buenos, generosos, bondadosos, pero que se me han borrado de la memoria
Esa misma filosofía, la seguí cuando siendo muy joven empecé mis actividades periodísticas y tuve como jefe a una destacada periodista que se llamaba Marta Montoya, quien había sido jefe de prensa, durante la presidencia de Julio César Turbay Ayala. Mis compañeros le tenían auténtico pánico, pero la verdad es que con ese trato, maltrato mejor, yo aprendí y aprendí y toda la vida le he guardado un profundo respeto.
Pero sean buenas gentes o braveros, todos los profesores se merecen en estos días, muchas y muchas felicitaciones, porque su sacrificio, antes y ahora muy grande. ¡Qué disfruten!