Estamos plenamente convencidos de que el 21 de febrero de 2022 será recordado como una fecha histórica en la lucha feminista en Colombia ante el anuncio hecho por la Corte Constitucional de despenalizar el aborto hasta la semana 24 de gestación.
Todos sabemos que, en el tema del aborto en Colombia, confluyen un montón de factores, en los que las creencias religiosas siempre han jugado un papel preponderante que en las diferentes épocas de esta prolongada lucha entre el Sí y el No, ha tenido una alta incidencia en el rechazo a una despenalización que ahora se acaba de aprobar en medio de toda clase de opiniones encontradas, controversias, polémica y cantidades de voces a favor y en contra, lo que ha sido tradicional en este tema que en más de una oportunidad ha dividido al país.
No es para menos. Si hay una situación que en los últimos años haya provocado tantas reacciones disimiles es el del aborto, puesto que alrededor del mismo giran e influyen toda clase de episodios en los que aparte de las creencias religiosas, las condiciones sociales de las madres, también son un motivo de análisis en los que se pone de manifiesto la gran diferencia que existe entre las madres adineradas y las que, en cambio, viven en pobreza extrema.
«Estamos plenamente convencidos de que el 21 de febrero de 2022 será recordado como una fecha histórica en la lucha feminista en Colombia ante el anuncio hecho por la Corte Constitucional de despenalizar el aborto hasta la semana 24 de gestación».
Por lo pronto, el hecho histórico es que la Corte Constitucional despenalizó el aborto, delito que en estos momentos tiene a centenares de mujeres en las cárceles. Igualmente, señala la Corte que después de las 24 semanas mencionadas, para proceder a la realización de un aborto sin incurrir en un delito, se aplicarán únicamente las tres causales que se permiten hasta el momento, que son la malformación del feto; que exista un riesgo para la vida de la madre o se haya producido un episodio de violación.
Hoy es importante destacar que esta histórica despenalización se debe a dos demandas, una del movimiento feminista Causa Justa y la otra que fue instaurada por un ciudadano del común, que se llama Andrés Mateo Sánchez.
En ese sentido, consideramos que parte de este éxito se le debe al acertado manejo que se le dio al proceso por parte de los conglomerados que conforman Causa Justa, puesto se demandó el delito de la interrupción temprana del embarazo, en lugar de proponer un esquema de leyes nuevas, que de manera obligada habría tenido que pasar a estudio del Congreso de la República, con las consabidas demoras que esto hubiera ocasionado.
De esta manera, la discusión se focalizó en la protección de los derechos de las mujeres, judicializadas al ser halladas responsables del delito de aborto y también para aquellas que se ven afectadas por delicados problemas médicos al verse obligadas a acudir a clínicas clandestinas.
Igualmente creemos que la lucha por la despenalización del aborto tuvo un campo de batalla ampliamente favorable, en el hecho de que el respectivo debate se produjera en la sociedad civil, donde de acuerdo con las encuestas, existe una gran mayoría a favor del aborto libre. En cambio, si el debate se hubiera dado al interior del Congreso de la República, estamos seguros que la férrea influencia de sectores conservadores, ampliamente tradicionales, se habría convertido en una verdadera piedra en el zapato para la despenalización del aborto que hoy se celebra en gran parte del país.
Nos parece entonces que nuestra Corte Constitucional sigue empeñada en hacer historia y en continuar con su línea de protección a los derechos sociales y democráticos en Colombia.
Ya vimos cómo entre sus fallos más sonados impidió la reelección indefinida, le dio su aprobación al matrimonio igualitario, otro tema bastante espinoso, en el que los magistrados y magistradas de la Corte salieron con la cabeza en alto.
Y, en lo relacionado con las mujeres, con anterioridad a este fallo histórico de la despenalización del aborto, se produjeron transcendentales determinaciones gracias a las cuales se les garantizó sus derechos a la salud, la educación y la política, en un país donde hasta pocos años la equidad de género era algo prácticamente desconocido.
Ahora la Corte Constitucional le pasó el balón al Congreso y al Poder Ejecutivo para que en el menor tiempo posible diseñen y pongan en marcha al respecto, una política pública integral para que la despenalización al aborto comience a marchar.

