El municipio de Ipiales, Nariño, se encuentra en estado de conmoción tras el trágico feminicidio de Isabel Chamorro, una mujer de 32 años de edad que fue asesinada de dos disparos en la cabeza en una vía hacia Tulcán, Ecuador. La noticia ha dejado a su familia devastada y en busca de apoyo para trasladar el cuerpo de Isabel al municipio de Cimatarra, en el departamento de Santander, donde reside su familia.
Isabel, quien había estado trabajando en un establecimiento de lenocinio en Ipiales desde hace algunos meses, fue encontrada en un sector solitario y destapado de la carretera, un lugar que complicó la intervención rápida de las autoridades. La mujer de 32 años de edad recibió dos disparos en la cabeza.
Intesta investigación
De acuerdo con las declaraciones del comandante de la Policía de Ipiales, la situación del crimen ha suscitado una intensa investigación. «Estamos avanzando en las investigaciones, tanto desde la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) como desde la Seccional de Inteligencia. Nuestra prioridad es capturar a los responsables de este atroz crimen», afirmó el oficial.
La comunidad ha reaccionado con indignación ante este nuevo caso de feminicidio, que se suma a la creciente lista de violencia de género en Colombia. Organizaciones feministas locales han comenzado a alzar la voz para exigir justicia y medidas efectivas que garanticen la seguridad de las mujeres. «No podemos permitir que esto continúe. Cada vida perdida es una tragedia que afecta a toda la sociedad», declaró una representante de una de estas organizaciones.
Mientras tanto, la Policía ha recolectado varias pistas que podrían esclarecer los móviles detrás del asesinato de Isabel. Las autoridades han intensificado la búsqueda de los responsables y se espera que en las próximas horas se revelen más detalles sobre el avance de las investigaciones. «Estamos comprometidos con la justicia y no escatimaremos esfuerzos hasta dar con los culpables», afirmó el comandante de la Policía.
Apoyo financiero
La familia de Isabel, sumida en el dolor, ha hecho un llamado a la comunidad para obtener apoyo financiero que les permita repatriar su cuerpo. «Queremos darle un último adiós dignamente, ella merece eso y más», expresó un familiar, visiblemente afectado por la situación.
El caso de Isabel Chamorro no solo es una pérdida para su familia, sino un recordatorio de la urgente necesidad de abordar la violencia de género en el país. Las autoridades, la comunidad y las organizaciones de defensa de los derechos humanos deben trabajar juntos para garantizar que los feminicidios no queden impunes y que la memoria de Isabel, y de muchas otras mujeres, sea honrada a través de acciones concretas que prevengan futuros crímenes.
El feminicidio de Isabel Chamorro es un llamado a la acción. La lucha por la justicia y el apoyo a las familias afectadas son esenciales para construir una sociedad más justa y segura para todas las mujeres.

