Transcurría el año de 1944. En ese año en Pasto era el 10 de julio cuando se presentó la intentona de toma del poder por parte de un grupo de militares, que es conocida como El ‘Golpe de Pasto’.
El presidente que iba a ser derrocado por los militares era Alfonso López Pumarejo, quien gobernó a Colombia en dos períodos: 1934 a 1938 y de 1942 a 1945. Veamos unos detalles.
En la madrugada de ese 10 de julio de 1944 y cuando el presidente López Pumarejo se preparaba en el hotel Niza de Pasto para salir a ver unas maniobras de entrenamiento del Ejército, fue arrestado, amarrado y trasladado a la Hacienda Consacá por el capitán Olegario Camacho, bajo órdenes del coronel Diógenes Gil.
Exactamente, el presidente Alfonso López Pumarejo viajó a Pasto el 8 de julio de 1944, con el fin de presenciar las maniobras militares en la zona. Por esos días los rumores de una conspiración rondaban por el país, y el viaje de López buscaba acallar esos rumores.
Su llegada a la ciudad se dio en la noche del 9, pero fue recibido con hostilidad por los militares y reservistas asentados allí. El gobernador de Nariño, Manuel María Montenegro, puso al tanto al presidente López de la actitud pendenciera de los jóvenes soldados y dispuso acuartelar a la policía, por lo que el evento respectivo de recepción fue cancelado.
«La historia asegura que Gil, además, buscaba ser nombrado ministro de guerra, creyendo que contaba con el apoyo de tropas a nivel nacional, a partir de saber que lo apoyaban Ibagué y Bucaramanga».
Interesante resulta narrar que en la madrugada del 10 de julio, hombres al mando del coronel Luis E. Agudelo y el mayor José Figueroa Paz, irrumpieron en el Hotel Niza, se tomaron la habitación de López y le entregaron un documento para su firma en donde declaraba su dimisión a favor del coronel Diógenes Gil. Luego de dejarlo arreglarse y desayunar, fue inmovilizado y neutralizado bajo las órdenes de los soldados Agudelo y Figueroa de la VII brigada.
La historia asegura que Gil, además, buscaba ser nombrado ministro de guerra, creyendo que contaba con el apoyo de tropas a nivel nacional, a partir de saber que lo apoyaban tropas de Ibagué y Bucaramanga.
Esa mañana de ese 10 de julio, López fue trasladado a una hacienda en el cercano municipio de Consacá, donde fue resguardado por sus propietarios la familia Bucheli hasta que el caos cesó.
La noticia de la insurrección llegó a Bogotá con rapidez y el Congreso de la República designó a Darío Echandía, quien declaró turbado el orden público. Fue entonces cuando el ministro de gobierno de López y segundo al mando, Alberto Lleras Camargo, se valió de la Radiodifusora Nacional para lanzar un mensaje de unidad que nutrió y acrecentó la imagen en descenso de López. También sirvió para alinear a todos los sectores del país, incluyendo al Ejército nacional.
Los militares, que en un principio estaban unidos bajo un mismo mando, se dividieron y agotada la conspiración dejaron en libertad a López, quien llegó a Ipiales el 11 de julio y el 12 arribó en Bogotá, donde recobró el poder y se pronunció sobre los hechos.
Cabe recalcar que el coronel Diógenes Gil quiso dar un golpe militar al presidente Alfonso López Pumarejo que se encontraba en Pasto presenciando una parada militar. El apresamiento narrado lo hizo mientras dormía en una alcoba del hotel Niza (calle 19 Nro. 23-11) y lo trasladó a la finca de don Medardo Bucheli en Consacá.
A la vez es interesante citar que en este fallido golpe de estado en Pasto contra el presidente López Pumarejo, el de la revolución en marcha, truncó el deseo del coronel Gil, que terminó entregándose, para que el mayor Eduardo Escandón fuera el gobernador de Nariño.
POR: Guillermo Alfredo Narváez Ramírez.

