Una excelente noticia se acaba de producir en las últimas horas en Pasto con la puesta en funcionamiento de la Casa Refugio para las mujeres víctimas de violencia de género con alto riesgo de feminicidio.
Nos parece que el momento no puede ser más oportuno para la apertura de este proyecto, diseñado para recibir a mujeres en esa condición no solo de Pasto, sino también, de los diferentes municipios del departamento, ante las recientes situaciones que en detrimento de las mujeres se vienen presentando en nuestra región, no solo en lo que tiene que ver con los episodios de maltrato sino también con posibles casos de feminicidios ligados a extrañas desapariciones que se vienen presentando en Nariño en las últimas semanas.
De allí, que saludamos con alegría el inicio de la Casa Refugio, proyecto que nace gracias al trabajo conjunto entre la Alcaldía de Pasto, la Gobernación de Nariño, la Organización de Naciones Unidades ONU Mujeres y la Agencia para los Refugiados (Acnur), entre otras instituciones.
«Saludamos con alegría el inicio de la Casa Refugio, proyecto que nace gracias al trabajo conjunto entre la Alcaldía de Pasto, la Gobernación de Nariño, la Organización de Naciones Unidades ONU Mujeres y la Agencia para los Refugiados (Acnur), entre otras instituciones».
En este orden de ideas, el propósito básico de la Casa Refugio será prestarle una atención integral a las mujeres de los 64 municipios de Nariño, que están siendo víctimas de Violencias Basadas en Género-VBG y que por lo tanto se encuentran en inminente riesgo de convertirse en víctimas de asesinatos.
Reiteramos entonces la transcendental importancia que tiene para las mujeres de la región, el que esta Casa Refugio haya abierto sus puertas para acoger a este sector poblacional, que viene siendo duramente golpeado en esta zona sur del país.
Se trata como bien lo afirma la secretaria de las Mujeres, orientaciones sexuales e identidades de género, Elena Pantoja, de un sueño que se hace realidad, un espacio que ante las actuales circunstancias, era prioritario, en el que las mujeres contarán con el valioso apoyo de personal idóneo, para que puedan ser asistidas en temas tan fundamentales como lo son la salud y la educación para las mujeres que han salido de ciclos de violencia.
De esta manera, hoy podemos decir que la Casa Refugio, será un escenario para que las mujeres creen, construyan y transformen en medio de un ambiente pletórico de amor y de ternura, como les corresponde a unas mujeres que tratan de dejar atrás la pesadilla de la violencia.
Por ello desde ahora, las puertas de la casa están abiertas para estas mujeres que de acuerdo con los conceptos que emitan las comisarías de familia, los jueces de familia, los jueces promiscuos municipales, los jueces de garantías, o las autoridades indígenas, cuando corresponda, se les asigne el derecho de ser acogidas en la Casa Albergue.
Allí, ellas tendrán no solo hospedaje, sino también, alimentación, transporte, ropa de cama y se les suministrará elementos de aseo, limpieza y bioseguridad e igualmente se contará con una infraestructura para mujeres en situación de discapacidad.
De esta manera, consideramos de suma importancia que este proyecto de la Casa Refugio, tenga en su agenda un acompañamiento integral a quienes serán las huéspedes de esta vivienda, con un seguimiento que se llevará a cabo cada seis meses, con lo que se buscará darle cumplimiento al objetivo primordial que es el garantizarles a las mujeres, el cumplimiento de sus derechos y que se repitan los episodios de violencia en su contra, función que destacó la gestora social, Marcela Hernández.
Entonces, nos encontramos ante un panorama positivo en el que las finalidades que se buscan, además de apoyar a las mujeres que ya fueron víctimas de agresión, se trabajará de manera intensa en otro tema importante que es el de la prevención, para que ellas no sigan siendo violentadas física o mentalmente. Ello será el ideal y férreo propósito de la Casa Refugio.

