Estudiantes de La Plata quiere empezar a dominar el fútbol argentino tras romper la sequía de 15 años sin títulos de Liga, aprovechando el impulso del Clausura 2025 para construir una nueva dinastía con dos finales más por delante que podrían sumar tres estrellas en pocos meses
El cuadro de Eduardo Domínguez tendrá dos finales más en los próximos meses para acumular estrellas: el Trofeo de Campeones frente a Platense el 20 de diciembre del 2025 y la Supercopa Argentina ante Independiente Rivadavia de Mendoza, con una fecha a definirse todavía en el 2026. La conquista del Clausura no fue solo el fin de una larga espera sino el comienzo potencial de una era dorada para el Pincha que ha encontrado la fórmula ganadora bajo la dirección de Domínguez y con un plantel que demostró carácter, resiliencia y ambición ilimitada. De ganar la Supercopa Argentina, también participará de la nueva Recopa de Campeones en 2026, multiplicando las oportunidades de seguir sumando trofeos y consolidándose como uno de los protagonistas excluyentes del fútbol argentino.
El momento del Pincha es ideal para establecer un ciclo ganador: tienen boleto directo a la fase de grupos de la Copa Libertadores 2026, un plantel con confianza renovada después de la heroica consagración ante Racing, y un presidente como Juan Sebastián Verón que conoce perfectamente lo que significa ganar títulos con esta camiseta desde sus días como jugador en el equipo de Sabella. Estudiantes alcanzó los 18 trofeos en su palmarés, teniendo en cuenta los conseguidos tanto a nivel nacional como internacional, quedando apenas a un título de Vélez (19) en la tabla histórica. La transformación radical que mostró el equipo en los playoffs, pasando de ser un octavo sin aparentes aspiraciones a campeón invicto en eliminación directa, demuestra que este plantel tiene hambre de gloria y la mentalidad necesaria para construir algo grande. Con tres finales en el horizonte inmediato y la Copa Libertadores por delante, Estudiantes tiene la oportunidad histórica de convertir 2025-2026 en el bienio más exitoso desde aquellos años dorados de Sabella, demostrando que el león de La Plata no solo despertó de su letargo sino que está listo para rugir más fuerte que nunca.

