Estados Unidos intensifica el cerco petrolero y persigue buque sancionado en aguas cercanas a Venezuela

Estados Unidos reforzó este fin de semana su ofensiva contra el comercio petrolero venezolano tras perseguir un buque sancionado en aguas internacionales cercanas a Venezuela, en el marco de las medidas impulsadas por el presidente Donald Trump para bloquear las exportaciones de crudo del país sudamericano.

Según confirmó un funcionario estadounidense, la Guardia Costera intentó interceptar el petrolero Bella 1, una embarcación que se dirigía hacia Venezuela con el objetivo de cargar petróleo. El buque figura en la lista de sanciones de Washington debido a presuntos vínculos con el comercio de crudo iraní y es considerado parte de la llamada “flota oscura”, utilizada para evadir restricciones internacionales.

Persecución tras intento fallido de abordaje

De acuerdo con la versión oficial, cuando personal de la Guardia Costera intentó abordar el barco, este continuó su navegación, lo que dio inicio a una persecución en mar abierto. Las autoridades estadounidenses señalaron que el Bella 1 navegaba bajo bandera falsa y que existe una orden judicial vigente para su incautación.

Un segundo funcionario afirmó que la operación hace parte de los esfuerzos para frenar el tráfico ilícito de petróleo sancionado, el cual —según Washington— sirve para financiar actividades criminales en la región.

Segundo operativo en menos de 48 horas

El caso del Bella 1 se suma a una interceptación similar ocurrida el día anterior, cuando la Guardia Costera de EE.UU. detuvo al petrolero Centuries en aguas internacionales frente a la costa venezolana. Aunque esta embarcación no figuraba formalmente como sancionada, la Casa Blanca aseguró que transportaba crudo venezolano sujeto a restricciones.

La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, difundió imágenes del operativo en redes sociales, mostrando un helicóptero sobrevolando el buque. Según indicó, la acción contó con apoyo del Departamento de Defensa y se ejecutó antes del amanecer. El Centuries había zarpado previamente desde un puerto venezolano.

Escalada de presión contra Caracas

Estas acciones reflejan una escalada en la estrategia de Washington para asfixiar financieramente al gobierno de Nicolás Maduro, a quien Trump acusa de permitir el tráfico de drogas y de promover la migración irregular hacia Estados Unidos.

La semana pasada, el mandatario estadounidense ordenó un bloqueo total a los petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela, con el objetivo de cortar la principal fuente de ingresos del país.

Desde el pasado 10 de diciembre, EE.UU. también incautó el petrolero Skipper, vinculado al comercio de crudo iraní. Analistas señalan que al menos 35 embarcaciones relacionadas con Venezuela están actualmente bajo sanción internacional.

Rechazo de Venezuela y advertencias diplomáticas

El presidente Nicolás Maduro denunció lo que calificó como una campaña de “terrorismo psicológico” por parte de Estados Unidos. En un mensaje difundido en Telegram, aseguró que su gobierno ha enfrentado durante meses acciones que van desde la presión mediática hasta la intervención de embarcaciones petroleras.

Tras la incautación del Centuries, la vicepresidenta Delcy Rodríguez afirmó que Venezuela rechaza lo que describió como el “secuestro de una embarcación privada” y advirtió que el país acudirá a instancias internacionales, incluido el Consejo de Seguridad de la ONU, para denunciar estos hechos.

Impacto en la industria petrolera

Aunque Venezuela posee las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, su producción se mantiene muy por debajo de su capacidad debido a las sanciones. Actualmente, China es el principal destino del crudo venezolano, y varios de los buques interceptados tenían como destino final mercados asiáticos.

Caracas ha calificado el bloqueo como una amenaza grave a su soberanía, reiterando que continuará defendiendo sus intereses nacionales frente a lo que considera una política de hostigamiento económico.