Por: Chucho Martínez
En 1945 los EE.UU lanzan la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki Japón. No tenía necesidad de hacer esa demostración de poder porque el enemigo ya estaba sometido en Italia, Alemania y Japón. Una muestra de supremacía para contener la rivalidad con la creciente influencia de la Unión Soviética que había extendido su modelo a varios países de Europa que posteriormente abrazarían el socialismo y lo mismo que otros países en donde se instalaron los movimientos de liberación nacional que cambiaron la geopolítica mundial al desprenderse el 70% del sistema colonial. La paz mundial sigue siendo un imperativo ético del mundo moderno, porque las grandes potencias están amenazando con una tercera guerra mundial más devastadora que las 2 anteriores juntas. El presidente de los EE.UU. está desquiciando el mercado mundial con sus imposiciones arancelarias, y el materialismo histórico enseña que detrás de la apropiación de mercados, viene la expropiación de territorios, es decir, las guerras.
Y un seis 6 de agosto de 1904 se crea el departamento de Nariño, el décimo, por eso a los jóvenes que lideraron esta propuesta los llamaron los “decimistas” entre los se destacó Don Julián Bucheli de amplio prestigio nacional, aunque de filiación conservadora, pero de marcadas ideas liberales, empezando porque se opuso a que el departamento se llamara de la Inmaculada Concepción. El ideario del Don Julián, el primer gobernador se inspiró en 3 pilares: recuperar la paz que venía averiada en la guerra de los mil días; la educación como factor de desarrollo, por eso, en noviembre de ese mismo año creó la Universidad de Nariño; y la infraestructura que nos articule con el centro del país para vender nuestros productos. Estas tres tareas para Nariño siguen postergadas en su cabal cumplimiento. Nariño dejó de ser el “remanso de paz”, la cobertura de la educación superior sigue siendo un privilegio y la infraestructura se construye con una lentitud pasmosa, aunque merecen reconocimiento, los esfuerzos del Gobernador Escobar por configurar la paz territorial que inexorablemente pasa por la presencia integral del Estado, lo cual, en buen romance significa inversión en la infraestructura material y social.
Rayón: Ningún congresista por Nariño merece la reelección, al parlamento se va a parlar y ninguno habla, menos han hecho gestión por Nariño.

