Padre Narciso

Establezcamos límites a nuestros hijos

Por: P. Narciso Obando

Establecer límites es importante y necesario para educar a los hijos y así guiarles en el camino de la vida, acerca de lo que está bien y lo que está mal, es la manera como entenderán cómo deben comportarse y relacionarse sanamente con otras personas para ser felices y se deben imponer sin necesidad de recurrir a los premios o castigos, los golpes, o el chantaje por el bienestar emocional tanto de los padres como también de quienes nos rodean.

Los padres de familia deben mantenerse tranquilos, amables a la vez que firmes, y hacerles ver a los hijos que no siempre pueden hacer lo que quieran. Al mantener esa actitud afable serán más convincentes que si emplearan gritos o amenazas y además serán un excelente ejemplo.

Debemos tener muy en cuenta que, si los límites y sus consecuencias están claras y correctamente definidas, nuestros hijos aprenderán a tomar decisiones y se harán responsables de las consecuencias de sus comportamientos. Esto se trata de un proceso de aprendizaje, poco a poco irán aprendiendo que son ellos quienes marcan sus propios límites, pero en un principio esos límites vendrán impuestos por sus padres.

Una vez que los niños y jóvenes se conviertan en adultos, no precisarán de alguien que les indique cómo actuar, ya que habrán interiorizado qué comportamientos son adecuados y cuáles no.

Con frecuencia, los hijos exploran cuál es el grado de control que tenemos sobre ellos, así como sus profesores. Los hijos con límites indefinidos o poco claros mantienen una incesante lucha contra las normas que rigen en su hogar y las que marcan en sus instituciones educativas y esto va a derivar en problemas de comportamiento, conllevando a dificultades en las relaciones interpersonales.

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Es aconsejable que eliminemos expresiones genéricas como “sé bueno” o “pórtate bien”. A la hora de establecer límites, seamos claros y concretos, por ejemplo, “Arréglate bien antes de salir a la calle”, “Pon en orden tu cuarto antes de salir a jugar o irte con los amigos”.

Un buen truco es que ellos mismos repasen las normas que se les imponen, de esta manera, se involucran más en la importancia de las normas del hogar. Dentro de las normas, hay algunas que deben respetarse siempre y otras que pueden ser flexibles, pero para esto debemos establecerlas y negociarlas.

Motivando a nuestros hijos en su responsabilidad, les estaremos ayudando a que aprendan de sus errores. Confiando en ellos, les estaremos animando a solucionar sus errores sin sentirse mal por ello, humillados o avergonzados, que repercutirá positivamente en el bienestar emocional, que a la larga acabarán desarrollando un sistema interno de control, sin la necesidad de la imposición de nosotros como padres.