Esta es la comandante de la guerrilla asesinada por sus compañeros: habría sido por celos

Una ejecución interna disfrazada de bombardeo

La comandante de la guerrilla asesinada por sus compañeros, identificada como alias Yeny Lara, fue una de las figuras más cercanas a alias Iván Mordisco, jefe de las disidencias de las Farc.

Aunque el grupo armado difundió que su muerte ocurrió durante un operativo militar, informes de inteligencia del Ejército desmintieron esa versión.
Según esas investigaciones, su asesinato fue planeado por los mismos disidentes en medio de conflictos personales, celos y disputas por poder dentro de la organización.


La mujer de confianza de alias Iván Mordisco

Alias Yeny Lara gozaba de gran influencia en la estructura del Frente de Guerra Oriental de las disidencias.
Su cercanía con Iván Mordisco le permitió controlar rutas de narcotráfico hacia Brasil y coordinar la movilidad de armas y drogas por los ríos Apaporis, Caquetá y Cahuinarí.

Además, era conocida por su capacidad de mando y por ser pieza clave en la financiación del grupo.
Sin embargo, su protagonismo generó enemistades internas, especialmente con alias Lorena, actual pareja sentimental de Iván Mordisco.


Celos, poder y venganza dentro de las disidencias

De acuerdo con los reportes militares, los celos fueron el detonante del crimen.
Alias Lorena veía a Yeny como una amenaza, tanto por la cercanía con Mordisco como por los lujos y bienes que recibía: joyas, una camioneta, una vivienda en San Vicente del Caguán y una finca de 30 hectáreas.

Aprovechando la ausencia de Mordisco, Lorena ordenó el asesinato.
Envió a Yeny a la zona de Tres Islas bajo el pretexto de coordinar operaciones urgentes y le asignó una escolta de ocho guerrilleros.
Esa comitiva fue en realidad el grupo encargado de ejecutar la orden.


El crimen: frialdad y premeditación

Después de tres días de camino por la selva, Yeny instaló su hamaca y se preparó para dormir.
Los sicarios llamaron a Lorena para confirmar el momento, pero ella ordenó no matarla dormida: quería escucharla suplicar.

Uno de los hombres le entregó un teléfono satelital.
Durante dos minutos, Yeny rogó por su vida, ofreciendo dinero, vehículos y propiedades.
Nada sirvió. Fue atada y ejecutada con dos disparos en la cabeza.

Para ocultar el crimen, los asesinos enviaron fotos del cadáver a Lorena.
Después, los mandos guerrilleros difundieron la versión falsa de un bombardeo militar.


Una muerte que evidencia fracturas internas

La comandante de la guerrilla asesinada por sus compañeros era investigada por reclutamiento de menores indígenas y ataques a la Fuerza Pública en Caquetá, Amazonas y Putumayo.
Su muerte deja al descubierto una guerra interna dentro de las disidencias, marcada por traiciones, poder y narcotráfico.

Este crimen no fue producto de la ofensiva militar, sino de una purga interna cuidadosamente planeada por sus propios compañeros.