España vive un renacimiento del turismo rural, especialmente en regiones como Asturias, Galicia, Andalucía y Castilla y León. Lo más sorprendente para los expertos es que esta tendencia está siendo impulsada en gran parte por viajeros jóvenes de entre 20 y 35 años, quienes buscan alternativas tranquilas, económicas y conectadas con la naturaleza.
El auge ha llevado al surgimiento de nuevas empresas de alojamiento rural, rutas de senderismo certificados, actividades de agroturismo y experiencias gastronómicas tradicionales. También ha reactivado pueblos que habían sufrido despoblación durante décadas, generando nuevas oportunidades económicas para residentes locales.
La combinación de precios accesibles, paisajes únicos y una creciente cultura digital que promueve destinos poco conocidos ha convertido el turismo rural en uno de los motores turísticos más fuertes del país. Las autoridades prevén que esta tendencia continúe en ascenso durante los próximos años.