De acuerdo con la reciente información suministrada por el presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Pasto, Arturo Ortega, el prolongado cierre que estamos viviendo en estos momentos en la vía Panamericana, no por las acostumbradas protestas, sino por las fuerzas desbordadas de la naturaleza, le está causando a nuestro Departamento de Nariño, perdidas que oscilan entre los 35 y 65 mil millones de pesos diarios, dependiendo esto del día y la movilidad económica de los diferentes sectores
Se trata de unas cifras que asustan y que nos muestran con claridad la gravedad de la situación, puesto que el hecho que la Panamericana esté cerrada, es un hecho fatal, de repercusiones bastante negativas para nuestra región.
Sabemos muy bien que, en Nariño, al igual como sucede en varias zonas del paìs, la infraestructura víal es deficiente, lo que hace que muchas veces no se puedan utilizar las carreteras a consecuencia de los deslizamientos y derrumbes, como precisamente ocurre en estos momentos con la carretera Panamericana. Para agravar la situación, tenemos también que esta importante vía nacional, que nos une con el departamento del Cauca y con el interior del país, es escenario de permanentes bloqueos de diversas organizaciones sociales, quienes se toman las vías e impiden el tránsito en las mismas,, como un mecanismo de presión para lograr que el Gobierno atienda sus reclamos, cualquiera que estos sean y conseguir los objetivos que se buscan, pero a costa de impedir el tránsito de personas y mercancías, lo que provoca enormes perjuicios a las regiones y sus ha habitantes.
Según las estadísticas de Invias, la carretera Panamericana afrontó 33 bloqueos en el 2023, esto sin contar con los 8 meses que duró la recuperación de la vía, semidestruida y bloqueada por 8 meses, a consecuencia del derrumbe que se presentó en el sector del municipio de Rosas, en el departamento del Cauca. El año pasado el número de bloqueos por diversas circunstancias, se elevó a 55 en tanto que hoy, 25 de marzo, se completan 12 días sin que se pueda transitar por la vía Panamericana, en detrimento del departamento de Nariño, que de nuevo afronta la amenaza del desabastecimiento de diferentes productos.
Nos referimos a un bloqueo causado por la naturaleza, que en estos instantes impide la circulación diaria de 2.500 vehículos y la movilización de cerca de 300 mil toneladas de carga, lo que refleja la extrema gravedad de una crisis económica que le causa pérdidas gigantescas a nuestra economía.
Dado que, en los últimos tiempos, hemos observado como la naturaleza le está metiendo la mano a la vía Panamericana, consideramos acertada la recomendación que hace el presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Pasto, Arturo Ortega, en el sentido que se establezca una Unidad de Gestión del Riesgo, exclusiva para la vía Panamericana, no para reaccionar ante el desastre, sino para evitar el mismo.
Sabemos muy bien que los cuatro primeros meses del año se caracterizan en nuestra región por la intensidad de las lluvias, por lo que el monitoreo y la realización de obras de mitigación, en los sectores considerados como más críticos de la carretera, podría ser una alternativa para lograr la disminución del número de deslizamientos y avalanchas en esta vía del orden nacional.
El objetivo es empezar a enfrentar los cierres de la vía Panamericana, ya sean estos del orden ambiental o social, con las manifestaciones de protesta. En el caso que hoy nos ocupa o sea el cierre de la carretera por causa de la naturaleza, nos parece que el mejor camino es la prevención y la vigilancia de los sectores que históricamente son considerados como de alta peligrosidad.
Ello podría ser un buen comienzo en esta operación que bien podríamos denominar no más cierres en la vía Panamericana, ni por derrumbes, que es el caso actual, ni mucho menos, debido a las protestas sociales.

