Entendiendo el cónclave: así se elige al próximo sumo pontífice

La Iglesia católica enfrenta una nueva etapa tras el fallecimiento del papa Francisco el pasado 21 de abril de 2025. Con la sede pontificia vacante, se activa el proceso tradicional para la elección de un nuevo sumo pontífice, mediante un cónclave que reunirá a los cardenales menores de 80 años en la Capilla Sixtina.

Este evento marca el inicio de un período clave para el futuro del catolicismo, ya que la elección del nuevo papa definirá la dirección que tomará la Iglesia en los próximos años.

¿Cómo se desarrolla el cónclave?

El cónclave es una de las votaciones más reservadas del mundo. Durante este proceso, 138 cardenales son elegibles para participar en la elección del próximo papa. Sin embargo, no todos pueden garantizar su presencia en Roma.

Los cardenales electores proceden de 71 países, lo que refleja la diversidad de la Iglesia. Europa sigue teniendo el mayor número de representantes, con 54 cardenales, mientras que América del Sur, Asia y África también cuentan con una participación significativa.

Aunque en teoría cualquier católico puede ser elegido como sumo pontífice, en la práctica siempre ha sido un cardenal. La tradición y el protocolo marcan el proceso de selección, garantizando que el elegido cumpla con la misión de liderar la Iglesia.

Una elección bajo aislamiento total

Los cardenales se reúnen en la Capilla Sixtina, bajo los frescos de Miguel Ángel, donde votan hasta alcanzar una mayoría de dos tercios. Para garantizar la privacidad del proceso, se imponen estrictas medidas de aislamiento: sin teléfonos, sin internet, sin televisión ni comunicación externa.

Desde el siglo XIII, el cónclave se realiza bajo llave para evitar influencias externas. Hoy en día, se utilizan inhibidores de frecuencia para impedir cualquier tipo de filtración.

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Historia y duración del cónclave

La elección de un papa puede prolongarse varios días, aunque en los últimos siglos el proceso ha sido más breve. El cónclave que llevó al papa Francisco al Vaticano en 2013 duró solo dos días, con cinco rondas de votación.

En la historia de la Iglesia, hubo elecciones que se extendieron por años, como la de Celestino IV, que en 1241 obligó a encerrar a los cardenales en un palacio en ruinas.

Un momento decisivo para la Iglesia

La elección del nuevo papa será clave para definir el rumbo del catolicismo en una era de desafíos globales. Los fieles esperan con expectativa el resultado del cónclave, que marcará el inicio de una nueva etapa en la Iglesia católica.

La llegada del “fumata blanca”, la señal que indica que el pontífice ha sido elegido, marcará el fin de este proceso, dando paso a un nuevo liderazgo en el Vaticano.