¡Un milagro! En Cúcuta, un trabajador humilde encontró a su mamá. La buscó durante 20 años y, por una casualidad, descubrió que era la habitante de calle a la que tantas veces había visto en un rincón de ese lugar, encorvada, con una gran melena, cubierta de botellas plásticas y con un palo como única compañía.
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