Las comunidades de diversos Consejos Comunitarios ubicados en la Costa Pacífica de Nariño han anunciado un posible paro indefinido como respuesta a la reciente decisión del Gobierno Nacional de proceder con el cierre y desmantelamiento del Oleoducto Transandino, una infraestructura clave para la región.
Este oleoducto, que ha sido fundamental tanto para la economía local como para la generación de empleos, atraviesa varios municipios del Pacífico colombiano, y su suspensión afectaría gravemente la estabilidad económica y social de las comunidades aledañas.
Ecopetrol, la empresa estatal encargada de la operación del oleoducto, tomó la decisión de suspender de manera definitiva el bombeo de petróleo a través de este sistema, lo que ha generado una creciente preocupación entre las poblaciones locales.
Regalías
El Oleoducto Transandino no solo ha servido para el transporte del crudo, sino que también ha sido una fuente importante de regalías que han permitido financiar diversos proyectos de desarrollo en los municipios por donde pasa. Además, el oleoducto ha sido responsable de millas de empleos directos e indirectos, muchos de los cuales ahora están en riesgo de desaparecer.
Frente a esta situación, las comunidades afectadas han organizado un paro en el trayecto de la vía al mar, exigiendo que el presidente Gustavo Petro se haga presente en una mesa de diálogo para buscar soluciones al conflicto. Las comunidades piden que se busquen alternativas que permitan mantener las fuentes de trabajo y no acaben con los medios de sustento de cientos de familias que dependen de la operación del oleoducto.
El secretario de Gobierno departamental, Benildo Estupiñán, expresó su preocupación por la situación que enfrentan las comunidades de la región. El funcionario, subrayó que el Oleoducto Transandino no solo tiene un impacto directo en la economía local, sino también en la seguridad y el bienestar de los habitantes de la región.
Familias
“La suspensión del servicio del crudo afecta gravemente a estas familias, que se quedan sin las posibilidades de generar ingresos para sus hogares. Además, 14 municipios de la región se verán directamente perjudicados por esta paralización del servicio”, indicó Estupiñán.
El impacto económico de la crisis también se extiende a las regalías de los municipios, pues la falta de los ingresos provenientes de Ecopetrol podría paralizar la inversión en infraestructura y programas sociales en la región, lo que empeoraría aún más las condiciones de vida de las comunidades.
Diálogo
Ante esta grave situación, el gobierno departamental ha convocado mesas de trabajo con alcaldes, autoridades locales y representantes de las comunidades afectadas. Sin embargo, Estupiñán lamentó que hasta el momento no se haya alcanzado un acuerdo satisfactorio con las empresas involucradas, como Cenit y Ecopetrol.
Frente a la falta de respuestas concretas ya la gravedad de la situación, las comunidades afectadas han anunciado que, si no se obtiene una solución rápida y efectiva, iniciarán un bloqueo indefinido en la región, lo que podría afectar gravemente el tránsito y las actividades comerciales. en la zona.
Se estima que más de 3.000 empleos directos se verían comprometidos si el oleoducto deja de operar, sin contar las millas de empleos indirectos que dependen de las actividades relacionadas con el transporte y comercialización del petróleo.

