En una manifestación que ha resonado en la capital nariñense, los trabajadores del Hospital Departamental entre ellos José Antonio Benavides han salido a las calles para protestar contra la reciente decisión de la administración de despedir a más de 200 empleados. José Antonio Benavides presidente de los trabajadores del hospital Sinder Nariño, ha expresado la frustración y el descontento que esta situación ha generado entre el personal, asegurando que la movilización es parte de un movimiento nacional en defensa de los derechos laborales en el sector salud.
La administración del hospital ha argumentado que la crisis económica ha llevado a esta drástica medida, una justificación que Nariño y los trabajadores consideran inaceptable. “Como trabajadores, no podemos permitir que se nos despoje de nuestros empleos bajo la premisa de una crisis que ellos mismos han deudado. Vamos a reclamar esos recursos que son nuestros”, afirmó Nariño durante la manifestación.
Consecuencias
Este reclamo se produce en un contexto donde la salud pública atraviesa múltiples desafíos, y donde la reducción de personal puede tener consecuencias devastadoras en la atención a los pacientes. “La solución no es despedir, sino reforzar el sistema del hospital para que pueda generar beneficios tanto para los trabajadores como para la comunidad que atendemos”, agregó el líder sindical, enfatizando la importancia de mantener un servicio de salud robusto y eficiente.
Emitieron comunicado
Ante la presión de los trabajadores y la opinión pública, la administración del Hospital Departamental ha emitido un comunicado en el que se compromete a establecer una mesa de trabajo con representantes de las organizaciones sindicales y los coordinadores de cada servicio. Este espacio, según se detalla en el comunicado, tendrá como objetivo revisar y analizar la suficiencia de personal y la producción del hospital, una medida que, aunque bienvenida, llega en medio de un clima de desconfianza entre los empleados.
Los trabajadores han expresado que la mesa de trabajo es un paso positivo, pero exigen que se tomen decisiones concretas que realmente aborden sus preocupaciones. “No se trata solo de discutir; necesitamos resultados tangibles que aseguren la estabilidad de nuestros empleos y la calidad del servicio que ofrecemos a la comunidad”, subrayó Nariño. Este conflicto no es un hecho aislado, sino parte de una tendencia más amplia que se observa en diferentes hospitales y centros de salud del país. Las quejas sobre despidos masivos, condiciones laborales precarias y la falta de recursos han llevado a que trabajadores de diversas instituciones se organicen y alzan su voz en demanda de cambios.

