El Banco Diocesano de alimentos es un programa de la Pastoral Social de Pasto que sirve de puente para que las empresas y personas vivan la solidaridad con las comunidades que sufren hambre y desnutrición.
Desde los valores del evangelio, hace más de 18 años, el Banco de Alimentos brinda un espacio de convergencia a sectores que se solidarizan con los hermanos y hermanas necesitados, en busca de concientizarlos, de la necesidad de construir una sociedad justa e incluyente en el acceso a los alimentos.
La acción pastoral apoya programas organizados, preferiblemente comedores, y que promuevan el desarrollo humano integral de comunidades desprotegidas y en situación de vulnerabilidad.
Desde una mirada estratégica, ligada a la nueva coordinación, se pretende consolidar un Banco de Alimentos más fuerte, orientado desde unos lineamientos definidos y consignados en el plan estratégico de gestión, buscando así potencializar su misionalidad desde un enfoque humano, religioso y empresarial.
En el marco del convenio marco suscrito entre la Pastoral Social y la Cámara de Comercio de Pasto, con el liderazgo del director de Departamento de Asuntos Corporativos Cámara de Comercio de Pasto Miller Muñoz , se definió y decidió organizar un evento de relanzamiento para dar a conocer a la comunidad nariñense, sobre todo a los empresarios, las bondades, beneficios y actividades que se desarrollan desde el Banco de Alimentos.
Estas son supervisadas y auditadas por su socio estratégico Abaco (Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia).
Actualmente el banco de alimentos atiende, a través de las 28 entidades adscritas, a más de 500 familias, 6.000 personas, niños, niñas, tercera edad, habitantes de calle, entre otras, que carecen de recursos, viven en situación de vulnerabilidad y sin garantías de acceso a los derechos humanos.
Por esta razón se hace el llamado y se invita a todas las personas naturales y jurídicas a unirse a esta noble causa, creando una cultura de solidaridad y empatía con el más necesitado.
Así mismo se contribuye a la construcción de sociedad por medio del desarrollo sostenible. En Colombia, según cifras del Dane, se desperdician más de 9 millones de toneladas de comida al año. Los bancos de alimentos evitan que se tiren a la basura 25.000 toneladas de comida aptas para el consumo humano.
En cuanto al desarrollo humano y comunitario, a través de los diferentes programas, Reagro, atención integral en nutrición y alimentación, se promueve el desarrollo integral humano.
El fin es satisfacer sus necesidades básicas y la garantía de derechos humanos. Con ello se construye sociedad y se brinda esperanza.
Por último, se enmarca en la responsabilidad social empresarial. Con este programa de RSE se busca que las empresas tengan fortalecimiento en la intervención social de sus operaciones.

