Durante el desarrollo de una minga comunitaria realizada este fin de semana en la zona rural del municipio, líderes sociales y comunales aprovecharon el espacio colectivo para denunciar públicamente una creciente ola de inseguridad que afecta a diversas veredas y barrios periféricos.
Según los testimonios recogidos, se han incrementado los casos de robos a viviendas, abigeato, amenazas a líderes sociales y presencia de actores armados ilegales, lo que ha generado preocupación entre las comunidades. “No solo venimos a trabajar por el territorio, también queremos visibilizar lo que está pasando. La gente tiene miedo y se siente abandonada”, afirmó uno de los voceros durante la jornada.
Los líderes manifestaron que, pese a los reiterados llamados a las autoridades, la respuesta institucional ha sido limitada o nula, y las comunidades continúan enfrentando solas los riesgos que representa la criminalidad. “Pedimos una presencia más activa de la fuerza pública, acompañamiento de los entes de derechos humanos y políticas reales de protección, especialmente para quienes ejercen liderazgo social”, señalaron.
La minga, además de ser un ejercicio de trabajo colectivo, se convirtió en un espacio de denuncia y reflexión sobre la seguridad territorial y el abandono estructural de muchas zonas rurales. Las comunidades esperan que estas alertas sean escuchadas por las administraciones local y departamental, y que se adopten medidas efectivas para garantizar la convivencia y la paz en el territorio.
