Autoridades locales y departamentales difieren en sus posturas frente a la potabilidad del agua en Ipiales, mientras la comunidad exige soluciones concretas ante los continuos cortes y las deficiencias en el servicio.
La calidad y el acceso al agua potable en Ipiales se han convertido en un tema de preocupación constante para la ciudadanía. En los últimos meses, varios barrios del municipio, especialmente los ubicados en la zona alta, han enfrentado desabastecimiento frecuente, obligando a las familias a recurrir a métodos alternativos de almacenamiento y abastecimiento.
Frente a las críticas y la inquietud de la comunidad, el secretario de Salud de Ipiales, Víctor Hugo Bastidas, reconoció la existencia de problemas de acceso, pero negó que el agua suministrada por el acueducto municipal sea la causa de las enfermedades que afectan a la población. Según el funcionario, los casos de Enfermedades Diarreicas Agudas (EDA) y otras afecciones gastrointestinales obedecerían principalmente al consumo de alimentos en mal estado o a condiciones de higiene deficiente, y no a la calidad del agua.
Contradicción
Sin embargo, el Instituto Departamental de Salud de Nariño (IDSN) ha advertido en varias oportunidades que la deficiencia en los procesos de potabilización del agua en Ipiales sí ha incidido en brotes de EDA, señalando antecedentes en los que la contaminación del recurso hídrico coincidió con incrementos en enfermedades gastrointestinales en la región.
La discrepancia entre las autoridades locales y departamentales refleja un vacío en la gestión y el control de la calidad del agua. Mientras la administración municipal insiste en que el agua que llega a los hogares cumple con los parámetros de seguridad, distintos reportes ciudadanos y técnicos han puesto en evidencia deficiencias en el tratamiento, la distribución y el mantenimiento de la red de acueducto, especialmente en los sectores periféricos.
Desabastecimiento
El problema se agrava con la falta de continuidad en el servicio: los barrios más altos sufren cortes frecuentes y prolongados, lo que obliga a los habitantes a almacenar agua en condiciones poco seguras, generando riesgos adicionales para la salud pública. Esta situación afecta especialmente a familias con niños y adultos mayores, considerados más vulnerables ante enfermedades gastrointestinales.
Organizaciones sociales y líderes comunitarios han reclamado que la administración municipal establezca planes de contingencia más efectivos, incluyendo la distribución de agua potable mediante carrotanques y la reparación de la red de acueducto, que en muchos sectores presenta fallas estructurales.
Confianza
En este escenario, expertos señalan la necesidad de auditorías independientes y estudios técnicos periódicos que permitan aclarar si el agua de Ipiales realmente cumple con las normas nacionales de calidad, y al mismo tiempo fortalecer las inversiones en infraestructura de acueducto y alcantarillado.
La discusión sobre el agua en Ipiales no solo pasa por el desabastecimiento, sino por la confianza ciudadana en las instituciones y la urgencia de garantizar un recurso vital con calidad y continuidad para todos los habitantes. La comunidad espera que la articulación entre la Alcaldía, el IDSN y los organismos de control genere soluciones duraderas que eviten nuevos brotes de enfermedades y reduzcan la incertidumbre frente al acceso al agua potable.