Rider Pai, consejero mayor.

En el 2022 la comunidad indígena Awá vivió 93 hechos victimizantes

La Unidad Indígena del Pueblo Awá, Unip, continúa solicitando la celeridad en los diálogos y la construcción de la paz total, ya que las comunidades étnicas han sido blanco de diversos actores armados por mucho tiempo. Entre los sustentos para hacer esta solicitud está el balance del año anterior, en el que se presentaron 93 hechos victimizantes a las comunidades étnicas en el municipio de Tumaco.

El consejero mayor de la Unipa, Rider Pai, indicó, “el 2022 fue muy doloroso para nuestro pueblo por motivo de violaciones a los Derechos Humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario. Con tristeza, despedimos a varios compañeros Awá que murieron a causa de una guerra ajena. Centenares de familias han sido confinadas y desplazadas de sus comunidades; entre las cuales, hay un gran número de menores de edad, adultos mayores y madres gestantes”.

Alarmantes cifras

Según el Observatorio de DDHH de la Unipa en el 2022 han ocurrido 93 hechos victimizantes, 22 homicidios, 10 desplazamientos forzados masivo y 8 individuales, 20 amenazas, 7 casos de desaparición forzada, 7 enfrentamientos armados, 5 confinamientos masivos, 5 casos de activación de minas antipersonal, 3 amenazas extorsivas, 3 hechos de lesiones personales y 2 masacres.

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“En general, el Katsa Su (gran territorio Awá) se encuentra desarmonizado por las prácticas violentas que rompen el tejido comunitario, afectan las prácticas culturales propias y nos llevan hacia un exterminio inminente. Pese al marco jurídico y constitucional que protege al pueblo Awá, las alertas emitidas por la Defensoría del Pueblo o las medidas cautelares proferidas por diferentes instituciones, tanto de carácter nacional como internacional, la violencia en los territorios no cesa”, indicó Pai.

Hacen llamado

En este sentido la Unipa señaló, “el llamado al Gobierno Nacional, en el marco de su política de Paz Total, a que atienda de forma urgente, prioritaria e integral la situación de exterminio físico, cultural y espiritual que estamos viviendo. De igual manera, esperamos que los acuerdos de cese de hostilidades y diálogo con los diferentes actores violentos, se lleven a cabo en el Pacífico Nariñense”.