En Nariño y todo el territorio colombiano, las diferentes organizaciones defensoras de Derechos Humanos deben avanzar en proceso que lleven a la defensa de la población infantil que se han visto expuestos a las problemáticas de la sociedad.
Son pocas las organizaciones que han revelado las cifras alarmantes con respecto a la vulneración de los derechos de los menores de edad, que se han visto afectados por diferentes dificultades, en algunos casos se vulneran sus derechos por ser de escasos recursos.
El problema de la vulneración de los derechos de los infantes, se ven en la zona rural y otro porcentaje en el casco urbano, por lo que es necesario que en este año se fortalezcan dichos proyectos con el fin de defender la vida de los niños, puesto que muchas personas ajenas se aprovechan de la inocencia.
Incluso, en oportunidades, hasta los mismos padres de familia, hacen que sus hijos menores de edad, realicen trabajos que les pertenece a los adultos, es ahí, cuando están vulnerando los derechos de los niños, y ese, es el llamado a la sociedad a que no sean oportunistas con las personas inocentes.
Uno de las entidades, es el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf, el que debe estar al tanto de la defensa de los menores de edad, puesto que en Nariño y Colombia existen miles de casos y miles de denuncias que no han sido atendidas y los niños siguen siendo vulnerados sus derechos como el del acceso a la educación, salud, alimentación, entre otros.
Las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, para este 2025, deben continuar fortaleciendo proceso que vayan en beneficio de los niños, niñas y adolescentes, puesto que son cientos los casos denunciados y que las autoridades no les ponen atención.
Uno de los problemas más relevantes en el país, es la desaparición forzada de los niños, que algunos aparecen, les quitan la vida como el caso que ocurrió en este año en Boyacá donde una menor de 11 años, desapareció y finalmente fue hallada sin vida.
Hoy, las instituciones que dicen defender a la población infantil en Colombia, deben trabajar arduamente las zonas rural y urbana para tratar de concientizar a los padres de familia que no abandones ni descuiden de sus hijos menores de edad, puesto que en la calle y las redes sociales permanece gente que le gusta hacer el mal.
Las instituciones deben generar procesos de participación significativos con niños, niñas y adolescentes, en sus ámbitos cotidianos, que pueden ser una tarea difícil si no se cuenta con herramientas para crear oportunidades.
En el campo de la gestión pública, este propósito puede suscitar aún más dudas cuando las personas que deben apoyar los procesos participativos en los territorios, aunque cuenten con la voluntad, no conocen las posibilidades de los mismos, las metodologías disponibles y los caminos a tomar para que niños, niñas y adolescentes participen significativamente.
Esos procesos también deben ser vinculados los padres de familia para que sean conscientes del trabajo que deben llevar frente a la crianza de sus hijos, así mismo recomendarles a que no confíen en personas que pueden causar daño a los menores de edad como los que se han visto en el país.