El primero de mayo es histórico a nivel mundial porque se celebra el día del trabajador; no obstante esta celebración, se contrapone con la realidad que está viviendo el país y particularmente algunas regiones como la nuestra; según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) para marzo del 2024 la tasa de desocupación fue de 11,3%, lo que representa un aumento de 1,03 puntos porcentuales respecto al dato de 10% para marzo del año pasado; así que esto, debe ser un indicador de cómo se está moviendo el aparato productivo.
El tema del empleo es vital para que la economía se revitalice, sencillamente tener trabajo es tan importante ya que es la condición básica y fundamental de la vida humana, es la fuente de los bienes y servicios que satisfacen nuestras necesidades. Además, el trabajo produce dinámica en diferentes sectores y escenarios que mejoran la productividad; el trabajo es el que genera desarrollo, sencillamente porque la economía fluye.
Ahora bien, estos indicadores preocupan y más aún cuando grandes factorías como la de Colmotores ya no va a operar más en Colombia, ¿nos preguntamos cuantos empleos directos e indirectos quedarán cesantes?, lo propio en la ciudad de Pasto empresas como Navitrans ya han anunciado su cierre de operaciones en la ciudad; otro indicador de que la economía en la ciudad no está bien; esto sencillamente rompe encadenamientos productivos.
Cuando uno pregunta en la calle, varios negocios están a punto de cerrar sencillamente porque operan en su punto de equilibrio o por debajo de este; una situación que no vislumbra un panorama claro; sin llevar a las comparaciones de la pandemia esta se superó. Pero hoy no tenemos este inconveniente; algunos economistas locales simplemente dicen no hay dinero o capital en circulación en la ciudad; en gran parte el Estado tanto nacional, departamental y local se olvidaron de la ejecución de obras e inversiones públicas; que son las que inyectan capital a la economía tal como en su momento lo planteo Keynes.
Por otro lado cuando preguntamos a empresarios locales y preocupados por la gran cantidad de requisitos que hoy tienen que sortear para el montaje de un negocio y la gran cantidad de obligaciones que se debe cumplir para lograr el normal funcionamiento del objeto social y específicamente en la alcaldía con exigencias desde todas las áreas; el tema laboral no se queda atrás; adicional a esto las empresas no ven garantías por parte del estado en cuanto a seguridad en los establecimientos y en las vías, extorsiones desde diferentes sectores y el incremento de impuestos; aquí es donde los empresarios empiezan a realizar su respectivo análisis financiero.
No quiero terminar estas palabras para referir y casi que afirmar que en Colombia hay empleos de primera, segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta categoría; los primeros se refieren a esos que tienen regímenes especiales y prebendas producto de acuerdos o negociaciones laborales entre otros; luego vendrán los empleos fijos con salarios bajos, también están las vinculaciones a través de las ordenes de prestación de servicios que ya en este punto no cuentan con ventajas en el sistema de seguridad social y prestaciones, y de allí en adelante, si es que se pueden llamar empleos, con ingresos paupérrimos a destajo o por obra o labor contratada.
Así que si marchamos deberíamos pensar en equidad e igualdad en salarios para la gran mayoría de la población colombiana sin afectar el patrimonio de las empresas.
Por: Javier Recalde Martínez.
javierecalde.jrm@gmail.com