EL USO DE LA PÓLVORA

El Instituto Nacional de Salud ha revelado cifras alarmantes sobre los incidentes relacionados con la pólvora en Colombia, marcando el año 2023 como el de mayor número de personas afectadas en los últimos cuatro años. La festividad de fin de año se ha visto empañada por la tristeza y la tragedia, dejando cicatrices físicas y emocionales en cientos de colombianos.

El reporte del INS y el Ministerio de Salud es desolador, con 1,182 personas quemadas con pólvora, un aumento del 6.2% en comparación con el año anterior. Entre ellas, 369 son menores de edad, de los cuales 35 estaban acompañados por adultos bajo los efectos del alcohol. Estas estadísticas reflejan una variación del 7% en comparación con las cifras de las festividades de fin de año de 2022 y comienzos de 2023.

Lo más preocupante es el incremento del 100% en los casos mortales, con dos personas fallecidas este año. Este sombrío panorama exige una reflexión profunda sobre las prácticas culturales y la conciencia ciudadana.

Nariño lidera la lista de departamentos más afectados, seguido de Antioquia y Bogotá D.C. El informe también señala que el 91% de las personas afectadas sufrieron quemaduras con pólvora, y diferentes tipos de lesiones, como laceraciones, contusiones, fracturas y amputaciones, han afectado a muchas víctimas.

Es evidente que las campañas de prevención y concientización no están teniendo el impacto deseado, y se requiere un esfuerzo conjunto de la sociedad y las autoridades para abordar esta problemática de manera efectiva. La pólvora, en manos inexpertas o sin las medidas de seguridad adecuadas, se convierte en un peligro latente.

El llamado es a la responsabilidad individual y colectiva. Es imperativo que los ciudadanos tomen conciencia de los riesgos asociados con la manipulación de la pólvora y opten por celebraciones más seguras. Las autoridades, por su parte, deben intensificar los esfuerzos de control y sanción a aquellos que irresponsablemente contribuyen a esta lamentable estadística.

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La prevención debe ir de la mano con la educación. Informar a la población sobre los peligros de la pólvora, así como promover alternativas seguras y legales para las celebraciones, son pasos esenciales. Las comunidades, las escuelas y los medios de comunicación tienen un papel crucial en difundir este mensaje.

La celebración de las festividades no debe estar marcada por la tragedia y el sufrimiento. Es hora de que Colombia, como sociedad, reconsidere sus prácticas en torno al uso de la pólvora y busque formas más seguras y responsables de celebrar, para así evitar las lamentables consecuencias que deja tras de sí cada año. La pólvora no debería ser el precio a pagar por la alegría festiva.