En la ciudad donde se hospeda el sol, sus mayores aunque pocos pero que por fortuna todavía viven, relatan emocionados con el alma en los labios y la más profunda devoción a su Dios, todo lo que enmarca la creencia en su Amo y Señor cuya imagen sigue pegada y sostenida sobre un pedestal de amor que nace del corazón de quienes ostentan la gracia y el privilegio de haber nacido en este pedazo de suelo colombiano.-
Llegar a El Tambo es como entrar al cielo, porque en su majestuoso templo es el divino aposento del Milagroso Jesús Nazareño, que se ve constantemente visitado por muchos peregrinos de todos los lugares que no sólo en su festividad patronal, sino en cualquier día, llegan más que a pedir a darle gracias por tantos favores recibidos.-
Y el complemento que hace gala a la inquebrantable fe los tambeños con su adorable patrono, es la innata amabilidad de las gentes que habitan en este bello y pintoresco municipio que es como una cualidad heredada de quienes dejaron sentadas las bases de la cultura y los buenos modales.-
Sus moradores aparte del orgullo de pertenecer a una comunidad muy creyente y fervorosa son dueños de un particular espíritu emprendedor que los ha llevado a trabajar en varios frentes como la agricultura, la ganadería, las artesanías y hoy el comercio se reactiva cada día más. La industria de la ebanistería es de los trabajos que se ha destacado a través del tiempo, reconociendo que sus producciones son solicitadas desde diferentes localidades del departamento.-
Esta localidad del centro-occidente nariñense es de las pocas que tiene clara su historia en cuanto a origen se refiere, a diferencia de otras que no lo encuentran y que sus investigadores han tenido que buscar en archivos de Popayán o Quito.-El Tambo fue fundado el 23 de enero de 1.573 y creado como municipio el 22 de enero de 1.870.-Es decir
que estamos todavía en plena celebración de su cumpleaños número 451.-
Curioso y a la vez llamativo saber el por qué de El Tambo.- Sus investigadores dicen que wu nombre proviene del quechua “Tampud” o Tambo, que significaba casa de camino, venta, hospedaje, pasaje o mesón conocido también como “tambo pintado” por el color rojo de la tierra.-
De la Mano de Jesús Nazareno la comunidad tambeña sigue siendo fiel a sus convicciones religiosas y emergiendo como claro ejemplo de un catolicismo auténtico de comunión cristiana. Aquí cobra valor y vigencia la frase que una vez lanzara desde una emisora capitalina, Antonio Terry Gallego: “Si quiere hablar con Dios visite El Tambo” FELICES 451
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