Por Mauricio Fernando Muñoz Mazuera
Cuando éramos niños había un juego popular llamado “El rey manda”, en el mismo una persona que fungía de rey pedía a sus “súbditos” que hicieran cosas sin importar la dificultad que representará lograrlas, eran épocas de niños y los retos pasaban por traer una prenda de ropa, llevar dulces o correr de un lugar a otro. Aquel inocente juego en nuestra ciudad se ha transformado en la más fehaciente muestra de despotismo que hemos visto desde una administración municipal.
De nada valió las manifestaciones por parte de los comerciantes del centro de la ciudad, o la presencia en las sesiones del Concejo Municipal esperando ser escuchados, se hizo lo que quiso desde la administración municipal y por lo que percibimos como ciudadanos de a pie, sin tener una verdadera planificación del trabajo a desarrollar.
No tenía ningún sentido cerrar la calle 19 entre carreras 27 y 20 si solo se iba a comenzar a trabajar entre la carrera 27 y la 25, la congestión registrada en horas pico en el sector ha sido terrible y afecta no sólo a conductores, sino a los mismos peatones a quienes se les imposibilita transitar entre las polisombras instaladas. Y si a esto le sumamos la intervención de la calle 18 en el sector de la antigua Alcaldía, el tránsito hacia el centro de la ciudad se volvió imposible.
Estamos ante una peatonalización a la brava, sin intermediar nada, se advirtió que el caos vial se iba a presentar, que la delincuencia iba a pulular en el centro, y que varios negocios tendrían que cerrar por la no afluencia de compradores y en tan solo 3 días hemos visto que esta situación se volvió realidad, muestra inequívoca que las cosas se hicieron sin la más mínima planificación, y justo antes de las próximas elecciones regionales, generando un gran manto de dudas.
Y es que no solo se debe mirar el proceso con ojos muy abiertos por la suspicacia que genera la cercanía a las elecciones de octubre, es preciso poner atención en lo que está pasando en el tema de vías en la ciudad, puesto que, varias obras publicitadas a diestra y siniestra en redes sociales y medios de comunicación adelantadas por parte de la Alcaldía de Pasto se han dejado a medio camino, para la muestra un botón…
¿Recuerdan cuánto cubrimiento se dio a la pavimentación de la vía que desde Cyrgo llega hasta el barrio Caicedo y todo a raíz del incendio que se presentó tiempo atrás, que para la alcaldía “evidenció” la necesidad de habilitar y pavimentar una calle que pase por el sector?. Pues precisamente en Cyrgo hay una valla que informa que las obras terminaran de ejecutarse en el mes de Junio de 2023, pues señores ya es Junio y la vía no llega ni a la mitad de la ejecución, lo que sí se evidencia es el abandono en el que está sumida la obra, una chambonada clásica.
Y si desean más Inri, allí está la entrada a Pasto en el sector de Chapal, una obra que cumplió con su cometido, cambiar la cara de este lugar, pues pasó de ser una vía normal a ser un monumento a la ruina y al despropósito que circula rampante en Pasto. Y ojo que en el proceso de licitación y de construcción de este sector sí deben estar encima los entes de control, pues más claro no canta un gallo.
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Los famosos dirigentes comunitarios que en fila salen a agradecer a la Alcaldía de Pasto por colocar las luminarias en los barrios cercanos a la salida al Sur de Pasto, situación que no se debe felicitar pues solo se está cumpliendo con una obligación inherente a la administración, deberían dejar de hacer parte del comité de aplausos y pensar más en el beneficio de sus comunidades, porque en este sector pasaron de Gautemala a Guatepeor.
¡Pastusos! Hay que estar muy pendiente de lo que pasa en esta ciudad y más con miras a las próximas elecciones, pues este desgobierno municipal quiere seguir reinando en cuerpo ajeno y ya tiene secuaz con vallas para hacerlo.

