El 18 de agosto de 1989 caía asesinado por las fuerzas más oscuras del país, en la plaza central de Soacha, el candidato a la Presidencia de la República Luis Carlos Galán Sarmiento; el magnicidio estaba anunciado, Galán y varios miembros de su movimiento el Nuevo Liberalismo, dentro de los que se encontraba el ministro Lara Bonilla, estaban decididos a depurar la política bipartidista, combatir la filtración del narcotráfico en la política colombiana y la connivencia y la tolerancia de algunos sectores del estamento político.
Con la muerte de Galán se frustra toda una generación de políticos que buscaron una escisión de la política tradicional llegada del viejo Frente Nacional; que buscaba el fortalecimiento de la democracia, la consolidación de una paz que se hacía esquiva frente a la inequidad social, la erradicación del clientelismo, la demagogia, el sectarismo, el mediatismo y la corrupción; no solo del gobierno, sino dentro de los propios partidos a quienes criticó su detrimento ideológico. Y fue precisamente bajo el ideario de un liberalismo más a tono con los nuevos desafíos y con la problemática social que se buscó entonces esa equidad perdida por décadas.
Sus propuestas además abarcaron la necesidad de vincular nuestra economía dentro del concierto internacional, velar por la situación de la diáspora de colombianos en el exterior, la reestructuración de la deuda externa y la adopción de los más modernos avances de la ciencia, la tecnología la informática y la industrialización.
Treinta años después de su muerte la Corte Constitucional ordenó al Consejo Nacional Electoral (CNE) reconocer personería jurídica al Partido Nuevo y en consecuencia se le reconoció hasta las elecciones de Congreso de la República del año 2026.
Las acciones al interior del partido no se hicieron esperar y se definió también su nueva Dirección Política Nacional, integrada por María Cristina Ocampo de Herrán, Rubén Darío Ramírez Arbeláez, Rafael Amador Campos, y Carlos Fernando Galán. Se convocó a todos los liberales, ciudadanos y a los jóvenes a inscribirse como militantes del partido y participar en el proceso de elección popular, postulándose a través de su página oficial de internet.
Para el aspirante al Senado por este partido Guillermo Pérez Flórez este resurgir del Nuevo Liberalismo significa: “El renacer de la esperanza de cambio de las costumbres políticas a través de un manejo pulcro de los asuntos públicos”.
Enhorabuena que este fallo de la Corte Constitucional y sus efectos “Inter comunis”, permiten un oxigenamiento de la política colombiana.
POR: CARLOS LAGOS

