Por: Rober Atis Bernal
«Dios tarda, pero nunca olvida», dice un viejo y conocido refrán, lo cual es cierto porque los castigos llegan repentinamente, en algunos casos no caímos en cuenta de lo mal que pasamos o simplemente cae la ley a la puerta de la casa.
Ese problema les pasa a los políticos, que algunos se venían bien frescos como si nada fuera a pasar, mientras que otros lucharon contra ley para tratar de evadirla, dejan pasar el tiempo y piensan que los casos se archivan, cosa que no es cierta.
Es así que en estos últimos meses del primer semestre de 2025 la justicia inicialmente le cayó al alcalde del municipio de Pupiales, Wyllton Belalcázar, quien sigue en proceso de investigación por narcotráfico y que posiblemente puede ser extraditado hacia los Estados Unidos.
Pasaron otras semanas y la justicia le cayó al concejal del municipio de Ipiales, Gustavo Estupiñan, quien debe responder por otros delitos y ya fue llamado por las autoridades.
Esto ha causado escándalo en sus poblaciones donde algunos los defienden y otros los atacan, hechos que son aprovechados por los políticos que quieren llegar a ser concejales, diputados, gobernadores, alcaldes, senadores o representantes.
Sin embargo, el escándalo más grande que vive el país, tiene que ver con la condena de un expresidente que por primera vez en la historia se ve en Colombia, donde se hace justicia en un proceso que inició en el 2014.
El proceso del expresidente Álvaro Uribe Vélez, ha polarizado más al país porque unos apoyan al expresidente acusando y diciendo cantidad de sandeces contra de la juez Sandra Heredia, otros atacan al ‘mayor domo’ del Centro Democrático afirmando que por fin se hizo justicia.
Prueba de estos tras casos relevantes contra reconocidos políticos, hoy está siendo aprovechado principalmente por los precandidatos y candidatos a la presidencia, que se han dedicado a despotricar de lo ocurrido, que hasta ya están organizando marchas.
Lo importante a destacar de estos tres procesos, que la justicia les llegó y se debe respetar y deben acatar lo que dice la ley. Nada hacemos con defender a alguien que cometió el delito. No podemos cantar que son inocentes, el que las debe las paga.
Toda persona, por más altos cargos que tenga en el país, debe respetar la ley y no continuar defendiendo lo indefendible. En las redes sociales se ve hasta amenazas de muerte por defender a alguien que debe a la justicia. Finalmente, otro refrán que me recuerda a estos casos es “El que nada debe tranquilo muere”.

