El lente nariñense que recorre Colombia revelando historias

Desde muy joven, William Ortega descubrió en la fotografía mucho más que una afición: encontró una forma de expresión, una herramienta de conexión con las realidades del país y una manera de honrar su tierra natal. Oriundo de Pasto, Nariño, este talentoso artista visual ha dedicado más de diez años a documentar la diversidad cultural, geográfica y humana de Colombia, haciendo visible aquello que a menudo pasa desapercibido.

Hoy, su nombre comienza a resonar más allá de su región, posicionándolo como uno de los referentes emergentes del talento nariñense en la fotografía contemporánea, gracias a una obra que equilibra técnica, sensibilidad y compromiso social.

“Para mí, cada imagen es una oportunidad para hablar del territorio, de la gente, de sus luchas y alegrías. Mi raíz está en Nariño, y eso se nota en la forma como veo y compongo mis fotos. Nariño me enseñó a observar con profundidad, con respeto y con amor”, expresa.

El trabajo de William Ortega no se limita a retratar paisajes o escenas costumbristas. Su enfoque va mucho más allá: se propone narrar la esencia de cada lugar, recogiendo las emociones, los relatos invisibles y los detalles cotidianos que construyen identidad. A través de la fotografía y la videografía, ha logrado crear un archivo visual de gran valor patrimonial, útil tanto para fines culturales como turísticos y educativos. En los últimos años ha emprendido una serie de viajes por municipios de Boyacá y Cundinamarca —como Ráquira, Villa de Leyva, Samacá, Monguí, Nobsa, Tunja, Chocontá, Sesquilé y Chía— donde ha realizado registros fotográficos y videográficos que exaltan la riqueza cultural, arquitectónica y natural de estos territorios. Su propuesta ha servido para promover estos destinos desde una mirada sensible y auténtica, conectando tanto a los turistas como a los propios habitantes con el valor de su patrimonio.

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