Por: Jorge Enrique Tello Chávez
Corrían los años cincuenta cuando llegaron a Pasto desde la ciudad de Ambato, Provincia de Tunguragua, Don Segundo Antonio Arboleda Robalino, su Señora, Marianita de Jesús Santamaría, con sus hijos, Tránsito Piedad, Héctor Alfredo y Gloria Antonieta Arboleda Santamaría. Fijaron su residencia en el barrio San Andrés y abrieron el Salón Ambato al frente de la Iglesia de San Juan, en donde se edificaría luego el Hotel Agualongo.
Esta prestigiosa Picantería Nariñense, ofrecía EL CERDO HORNADO, acompañado de papas al vapor, los lampingachos, el ají picante de maní o de tomate de árbol y sobre una lechuga Batavia, el mote, traídos por nuestras campesinas de Genoy, que se impregnaban con ese caldo saladito de la bandeja del marrano. Se atendía a su vasta clientela en Platos Dobles y Sencillos. De sobremesa, la Chicha pastusa o las Colas y Limonadas La Cigarra, en sus amplias mesas para 4, 6, 8, 10 o 12 personas.
Luego se trasladaron a la Vieja Casona de la carrera 25 con calle 17, diagonal a la Ferretería Cordilleras, ocupando la segunda planta para la residencia de la familia Arboleda Santamaría, mejorando considerablemente la atención al público en pleno centro de la ciudad.
En los años noventa, adquirieron la Casa Esquinera de la Carrera 26 con Calle 15, diagonal al Teatro Imperial, en donde continuaron con la elaboración de los Platos Típicos Ecuatorianos y cuyo establecimiento fue contratado para desarrollar varios Acontecimientos Sociales en nuestra región.
Recordamos con gran aprecio y cariño a su hija, Tránsito Piedad, quien en los años setenta, contrajo matrimonio con el Señor, Víctor Elías Villavicencio Tejada, de cuya unión llegaron sus hijos, Aida Inés, Yolanda Cecilia, Byron Johnny, Margot Alicia, Franco Alberto, Robert Orlando y Víctor Erwin Villavicencio Arboleda.
Continuando la herencia de sus padres, abrieron el Salón Ambato en la Carrera 22 con Calle 17, contiguo a Radio Melodía, el más grande almacén de discos en la capital. Teniendo una gran acogida de quienes nos deleitamos con su amable atención y degustar la exquisitez de sus platos típicos ecuatorianos. Años más tarde adquirieron su Casa Propia en “la Calle Angosta” No. 16-38,
Su esposo, Don Víctor Villavicencio fue un Gran Árbitro, adscrito a la Liga de Fútbol de Nariño, dirigió los Campeonatos Municipal y Departamental. Recordar los llenos completos del Estadio Libertad, cuando saltaban al gramado los Clubes Javeriano, Deportivo Pasto, Santa Fe, Colorado, Santiago, Atlético Pacífico, Soria, Waldaka y Siete de Agosto, enfrentándose muchas veces a Millonarios, Deportivo Cali, Independiente Santa Fe y Atlético Quindío.
Memorable su arbitraje del partido entre Los Periodistas de Nariño y el Elenco de Sábados Felices, ”Lleve una Escuelita en su Corazón” con la presencia de Alfonso Lizarazo, Jaime “el Flaco” Agudelo, Fernando González Pacheco, Hugo Patiño “el Príncipe de Marulanda”; Carlos “el Mocho” Sánchez; Hernando “el Culebro” Casanova; Jorge “el Topolino” Zuluaga; Jaime “Clímaco Urrutia” Santos; Álvaro “el Hombre Caimán” Lemón y “el Pastuso” Granda. El Salón Ambato marcó el liderazgo de las Picanterías más importantes en Pasto y en Nariño.