Mauricio Muñoz

El eterno problema

La pasada semana los cultores del carnaval salieron a las calles de Pasto a pedir, como siempre, que los aportes económicos que se hacen a la fiesta magna de los pastusos sean acordes a las necesidades y gastos que acarrea la preparación artística de dicho evento.

Esta noticia parece un cliché anual, sin embargo, estamos lejos de ello, es una situación que calendario tras calendario se repite, y lógicamente este año no iba ser la excepción puesto que todo ha aumentado su precio, telas, materias primas, pintura, insumos se ha encarecido, pero al parecer para quienes están al frente de la organización de esta fiesta, es una situación que no reviste importancia.

Año tras año, los pastusos y los visitantes se maravillan por el color, la magia, la alegría y el derroche de imaginación contenidos en las obras que recorren la senda del carnaval, sin distingo de edad, quien pisa la senda, transmite todo el texto  interno que tiene nuestra fiesta magna. Sin embargo, el aporte económico que se recibe para el montaje de una obra, y lo digo con conocimiento de causa, es mínimo frente a todos los gastos intrínsecos a la presentación, esto es de dominio público, las horas de ensayo y coordinación de los procesos, la compra de materiales y alimentos para las largas jornadas de trabajo, el esfuerzo de generar desde 0 una propuesta sin importar en que modalidad o día del carnaval será presentada, no tiene equivalencia con el aporte económico que se percibe de ella.

Año tras año los cultores deben mendigar ayudas, rogar por lo que es inherente a su participación, un apoyo económico para sacar las ideas que maravillan al mundo entero. Ya es hora de dejar a un lado está situación tan terrible, si queremos que nuestro carnaval siga siendo el más insigne embajador de nuestra cultura, se debe hacer una real planificación de gastos, presupuestos y frente a esto, comenzar a gestionar los recursos que hagan falta, de lo contrario los cargos que se ostentan son simples requisitos en medio de la burocracia reinante.

En estos momentos es cuando los artistas que participan año tras año en la senda del carnaval deben estar más unidos para conseguir los objetivos comunes, no prestarse para el juego de generar división en medio del gremio, este es el punto en donde deben sobresalir los líderes que sean la real voz de todos los artistas, desde los maestros que llevan años dándole vida al carnaval, como de quienes dan sus primeros pasos en el mismo. Si cada cual tira para su lado y busca su propio beneficio, lo único que se logrará es encasillar a los artistas en el mismo cajón de quienes negocian por un conglomerado, pero después, terminan sacando su propia tajada y se olvidan de quienes representan.

Solo queda esperar que el dinero prometido a los artistas del carnaval y el cronograma establecido se ejecute, no solo en beneficio de la fiesta en sí, sino de quienes dan vida a la misma, hombres y mujeres que merecen todo nuestro respeto y admiración.

Por Mauricio Fernando Muñoz Mazuera