El presidente Gustavo Petro respondió públicamente a un mensaje del exsenador Juan Manuel Galán, quien había calificado al Ejército de Liberación Nacional (ELN) como una organización criminal y terrorista. En su pronunciamiento, el mandatario fue más allá y sostuvo que el ELN ya no puede considerarse una guerrilla insurgente, sino una fuerza de ocupación territorial cuyo principal objetivo es maximizar ganancias provenientes del narcotráfico y de la minería ilegal de oro.
A través de su cuenta en la red social X, Petro afirmó que, bajo el mando de alias “Pablito”, el ELN ha abandonado cualquier lógica política o ideológica propia de una guerrilla y se ha transformado en una estructura dedicada al negocio de la cocaína y del oro ilícito. Según el jefe de Estado, el grupo no ejerce un control territorial real ni estratégico, particularmente sobre los ríos en las zonas donde opera, y su capacidad de intimidación ha sido exagerada por la cobertura mediática, especialmente durante el reciente paro armado.
El presidente minimizó el impacto militar del ELN al señalar que acciones como la instalación de banderas, la activación de explosivos o los anuncios de paros armados reflejan más debilidad que fortaleza. En su opinión, este tipo de actos buscan generar miedo y visibilidad mediática, pero no demuestran un dominio efectivo del territorio ni una capacidad militar sólida frente al Estado.
En su mensaje, Petro también cuestionó la narrativa de sectores políticos y de algunos medios de comunicación que, a su juicio, sobredimensionan el poder de los grupos armados ilegales. Según el mandatario, esta amplificación contribuye a crear una percepción de fuerza que no se corresponde con la realidad operativa de estas organizaciones.
El jefe de Estado aprovechó su pronunciamiento para referirse a otros grupos armados ilegales, en particular a las estructuras comandadas por Iván Mordisco y Marlon. Petro aseguró que estas organizaciones están estrechamente vinculadas al narcotráfico internacional y aclaró que el Gobierno no mantiene ningún tipo de negociación con ellas. Además, afirmó que el frente araucano de estos grupos fue prácticamente destruido por la fuerza pública, aunque reconoció que conservan capacidad de reorganización debido a sus conexiones con el mercado global de la cocaína.
Finalmente, el presidente lanzó una advertencia contundente sobre la situación en el Cauca. Señaló que, si los grupos armados ilegales continúan utilizando a la población civil como escudo frente a las operaciones de la fuerza pública, el Gobierno modificará su estrategia antidrogas. En ese escenario, Petro indicó que el programa de sustitución voluntaria de cultivos ilícitos, actualmente fuerte en municipios como Argelia, podría ser reemplazado por la reanudación de la fumigación aérea con glifosato, marcando un giro significativo en la política de lucha contra las economías ilegales.

