Pablo Emilio Obando.

El dólar y la economía nariñense

Por: Pablo Emilio Obando A.

No pretendo escribir un tratado sobre economía, lejos de mí tal pretensión. Esa tarea se la dejo a expertos analistas económicos, que los hay muchos y muy buenos en nuestra región.

Como profano en tal materia simplemente quiero exponer algunas inquietudes de sentido común y de fácil percepción cotidiana. Seguramente, y ese es el objetivo, que no otro, permitirá un sano debate entre nuestros analistas y estadistas regionales. Nuestra frontera se ve colmada de ecuatorianos con muchos dólares en sus bolsillos, el comercio en general se inunda de compradores con gran capacidad adquisitiva.

Por un dólar se realiza un canje desigual que alcanza y muchas veces sobrepasa los cuatro mil quinientos pesos. Esa gran capacidad adquisitiva de nuestros hermanos ecuatorianos les permite arrasar con productos y mercancías nacionales. Es fácil observarlos con sus carritos de compra o canastas llevar cantidades exorbitantes y desproporcionadas de productos básicos de la canasta familiar, prendas de vestir, electrodomésticos y alimentos.

Ese exagerado precio en los productos básicos de nuestra canasta familiar se encuentra, de alguna manera, conectado y relacionado con la alta capacidad adquisitiva del dólar en relación con el peso».

Las preguntas elementales son, ¿en qué medida afecta esta dolarización a nuestro departamento? ¿Quiénes se benefician de este boom económico y quienes se perjudican? ¿Existen medidas económicas, tributarias o comerciales que blinden nuestra economía de un desbalance comercial evidente? Y ¿en qué medida la llegada de dólares a nuestro departamento incide en los altos precios de productos y mercancías y en nuestra moribunda economía?

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Nariño debe buscar y generar un mecanismo financiero y comercial que permita medidas en tal sentido, sin alejar ni distanciar ese flujo económico del cual podemos aprovechar y disfrutar. Hace algunos años reflexionamos al respecto sin que se hayan tomado medidas oportunas por parte de nuestras autoridades y dirigentes.

Nuevamente, reitero y formulo una invitación a gremios y autoridades para que se pronuncien al respecto y se generen propuestas y medidas que permitan controlar esta inflación desbordante y galopante en Nariño. Tengo la plena seguridad que ese exagerado precio en los productos básicos de nuestra canasta familiar se encuentra, de alguna manera, conectado y relacionado con la alta capacidad adquisitiva del dólar en relación con nuestro famélico peso.