Por Mauricio Fernando Muñoz Mazuera
El arte tiene una cualidad inherente y es generar todo tipo de reacciones totalmente extremas, la música por ejemplo, puede evocar alegría para algunos, o tristeza para otros, pues la carga simbólica y emocional que cada melodía trae, logra incrustar un mensaje puntual que es totalmente alejado al mensaje que genera en otra persona, que incluso puede compartir lazos de sangre.
Si bien es cierta la mayor parte de veces esta situación es recurrente cuando hablamos de obras artísticas o similares, es preciso poner el dedo en la llaga, cuando existe cierta homogeneidad en el pensamiento, y un buen número de personas comparten similar posición sobre algo.
Estas palabras me permiten sentar mi reflexión frente a la controversia que se ha suscitado con motivo de la elección del monumento que se ubicará en la rotonda que se pretende construir en el sector de Chapal, y que se constituirá en la primera imagen que verán los viajeros que lleguen a Pasto desde la vía Panamericana sentido Sur – Norte.
El proceso con el que se buscó generar espacios de participación frente a esta obra que cambiará la imagen del ingreso a la ciudad en este sector popular de Pasto, logro aglutinar 55 propuestas que fueron valoradas por un selecto grupo de profesionales del arte y la arquitectura, sin embargo, el proyecto elegido queda totalmente opacado frente a otras propuestas que se presentaron en esta convocatoria, pues desde mi punto de vista, compartido por un buen número de personas que conocieron del proceso, el “monumento” no tiene la fuerza ni el atractivo que se esperaría de las propuestas presentadas para participar en este tipo de convocatorias.
En redes sociales se han conocido algunas de las propuestas que también fueron presentadas en este proceso que fue impulsado por la Alcaldía de Pasto y Avante, en la mayoría de ellas se observa la creatividad y el empeño propios de este tipo de iniciativas, algunas resaltan por su belleza, su envergadura, su significado y grado de correspondencia con la historia e idiosincrasia del pastuso, y realmente, comparando las obras participantes, la ganadora es más escueta, sobria e incluso, yerma.
Algunas voces han expresado que muy posiblemente se escogió la obra, que a voz de su autor “busca representar la majestuosidad del Volcán Galeras”, debido a que no implica un mayor gasto económico y que seguramente las demás propuestas, generarían un recargo mayor, sin embargo, esta situación debió preverse por parte de quienes organizaron la convocatoria para que los artistas supieran ajustar las mismas a un presupuesto puntual.
Entre los lectores de esta columna habrá personas que digan que este tema es irrelevante mientras suceden tantas cosas en nuestra ciudad, sin embargo tengan en cuenta que esta obra se construirá con su dinero, con el dinero que todos aportamos con nuestros impuestos y recargos, desde el niño que compra una chocolatina hasta la persona que debe cancelar el famoso predial, todos ponemos nuestro granito de arena para que el presupuesto municipal se vuelva dinero real y no una mera expectativa.
Para mí, el monumento escogido en esta convocatoria es la mejor metáfora de la actual alcaldía, asociación que se perpetuará en el tiempo cuando se ingrese a Pasto.

