La mayor manifestación de los sentimientos más profundos y duraderos de amor, aprecio, cariño, respeto y admiración, son los expresados por un hombre y una mujer, en esa bella edad de la adolescencia, considerada la edad más hermosa de los seres humanos. Muchos aseguran que jamás podremos olvidar a aquella persona que despertó las mieles del romanticismo.
Es por eso, que mañana lunes 14 de febrero la Iglesia Católica celebra la fiesta en honor de este santo italiano, quien a escondidas celebraba los matrimonios de jóvenes enamorados. Porque estaban prohibidos por el emperador romano Claudio II quien los necesitaba a los varones para engrosar las filas de sus ejércitos.
Al ser descubierto San Valentín fue sentenciado a muerte, ese día del año 270, acusado por su desobediencia y rebeldía. Tan solo en 1840 la norteamericana Esther A. Howland, ideó para esta conmemoración, la confección de tarjetas con motivos románticos y dibujos de enamorados, que se empezaron a vender en la tienda de su padre en Worcester, Massachusetts.
Actividades comerciales que se han incrementado a pasos agigantados hasta hoy, porque las manifestaciones de amor de los enamorados, se hacen ahora con los hermosos individuales o ramos de rosas, que son cultivados por hombres y mujeres cabeza de familia, en los Viveros de los Andes y Fridom, en el municipio de Aldana, siendo despachados a las floristerías de Ipiales, Pasto, Popayán y Cali.
Cuando cursamos bachillerato, nuestra profesora de español, en el Pedagógico Militar, Aurea Lucy Ortiz de Coral, nos llevó a analizar la novela “La María” del escritor colombiano Jorge Isaac, en la cual, con Efraín, siendo primos hermanos, iniciaron su romance en la Hacienda El Paraíso, en el Valle del Cauca. Su padre para separarlo lo envió a terminar su bachillerato a Bogotá y al regresar de vacaciones, el romance se intensificó con más fuerza.
Entonces, Efraín fue matriculado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Londres. Ausencia que profundizó la gran nostalgia de María de tener a su enamorado tan lejos, agravando su epilepsia por la muerte temprana de su madre. Que la llevó a la muerte, dejándole como recuerdo a Efraín sus hermosas trenzas.
Ahora, la hacienda es un museo, visitado por muchos turistas nacionales y extranjeros, en su interior se guardan la capilla, las habitaciones de los padres de Efraín, de María, los cuartos de la servidumbre, el costurero, la biblioteca, la múcura en el comedor, la cocina y todas sus pertenencias con sus fotografías alegorías a esta historia de amor.
Lugares tan hermosos y espléndidos que son dignos de visitarlos este lunes, cuando los enamorados reconfirmen sus promesas pronunciadas en su noviazgo o cuando contrajeron matrimonio católico, bendecido por un sacerdote. Escuchando esas sentencias, “Hasta que la muerte los separe” y “Lo que ha unido Dios, no lo separe el hombre”.
Otros se casaron por lo civil ante un notario, firmando ese contrato mutuo para estar juntos en las buenas y en las malas; en la sanidad y en la enfermedad; en la riqueza y en la pobreza. Que Dios conserve la unidad familiar.
Por: Jorge Enrique Tello Chávez

