Cada 8 de marzo, el mundo entero se tiñe de violeta para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. En varias ciudades de Colombia, las calles se llenan de marchas, discursos y actividades que buscan visibilizar los avances y desafíos que enfrentan las mujeres en su lucha por la igualdad. Sin embargo, más allá de los festejos y las flores que algunos regalan ese día, es necesario reflexionar sobre cómo las mujeres hoy celebran esta fecha y qué significa realmente para ellas.
El Día de la Mujer no es solo un homenaje a quienes han luchado incansablemente por derechos fundamentales como el voto, la educación o la participación política. Es también una oportunidad para recordar que aún queda mucho camino por recorrer. Las mujeres del siglo XXI lo saben bien: mientras disfrutan de mayores espacios en la sociedad, también enfrentan nuevas formas de desigualdad y violencia que se adaptan a los tiempos modernos.
Hoy, las mujeres conmemoran este día de múltiples maneras. Algunas lo hacen desde la protesta, alzando sus voces contra la violencia machista, la brecha salarial o la falta de representación en puestos de poder. Otras lo celebran reconociendo los logros alcanzados, como el aumento de mujeres en cargos directivos, la mayor conciencia sobre salud mental femenina o el empoderamiento económico que permite a muchas ser independientes. También están aquellas que simplemente deciden honrar la fecha compartiendo historias de mujeres inspiradoras, ya sea en redes sociales o en conversaciones íntimas con amigas y familiares.
Sin embargo, sería ingenuo pensar que todas las mujeres experimentan este día de la misma manera. Para algunas, el 8 de marzo es una oportunidad para reivindicar sus derechos; para otras, puede ser un recordatorio doloroso de las injusticias que aún enfrentan. Mientras en algunos hogares se celebra con abrazos y mensajes de admiración, en otros persiste el silencio, marcado por roles tradicionales que siguen limitando a las mujeres.
En Colombia, el Día de la Mujer cobra especial relevancia debido a los retos que aún enfrentamos como sociedad. Según cifras recientes, el país sigue siendo uno de los más peligrosos para las defensoras de derechos humanos, muchas de ellas mujeres que arriesgan su vida por exigir justicia. Además, la violencia doméstica, el acoso laboral y la discriminación racial siguen siendo realidades cotidianas para miles de colombianas.
Pero, a pesar de estos desafíos, hay algo que define a las mujeres de hoy: su capacidad de resistencia y transformación. Ya no aceptan pasivamente las normas impuestas por una sociedad patriarcal. Se organizan, denuncian, crean espacios seguros y exigen cambios estructurales. Desde las comunidades indígenas hasta las urbanas, las mujeres están demostrando que su lucha no es solo por ellas mismas, sino por un futuro más justo para todos; todo esto es importante en la medida que la protesta y reivindicación se haga también respetando los derechos de los demás sin generar actos vandálicos que al contrario de fortalecer una lucha justa empañan lo que realmente se quiere.
Finalmente, esta conmemoración es una invitación a reflexionar sobre el presente y actuar para construir un mañana mejor, que sirva no solo para aplaudir los logros alcanzados, sino para comprometernos con la tarea pendiente: garantizar que todas las mujeres, sin excepción, puedan vivir libres de miedo, opresión y desigualdad.
Por: Javier Recalde Martínez.