Coordinación: Tatiana Santacruz
Antes la única forma de dar a conocer nuestra opinión ante el resto era ejercer un poder ante los demás, políticamente hablando. Hoy en día esta premisa se ha trasformado, puesto que a través de las innovaciones tecnológicas tenemos cada vez más posibilidades de dar a conocer nuestro punto de vista.
En la actualidad, la comunicación se ha popularizado debido a la libertad de expresión que hoy celebramos, esto, junto con los medios de comunicación y las redes sociales, son herramientas de información útiles en la vida del ser humano, asimismo, masivamente utilizadas. Teniendo en cuenta dichos instrumentos, es muy común darnos cuenta que los protagonistas de estos son los jóvenes, más conocidos como Millennials o Generación Z, grupo que nació junto con la tecnología, sin embargo, los adultos mayores, quienes vienen de una ascendencia más antigua, también se han acoplado fácilmente a este sistema.
Ahora bien, es muy común que por dichos medios puedan ser debatidos diversos temas de interés público, entre estos, la inseguridad ciudadana, la ideología política, entre otros temas que generan gran controversia a nivel social. Además de juegos virtuales que absorben demasiado tiempo. Estos canales, como ya sabemos, ayudan al conocimiento y a la fácil interacción de la población, pero también promueven una gran influencia que en muchos casos puede ser perjudicial, debido a la fácil manipulación que se puede generar en un grupo selecto que varía en edades desde los 13 a los 18 años.
De acuerdo a lo anterior, las personas pueden ser fácilmente condicionadas generando la duda de si son o no pertenecientes a un grupo selecto, esto hace que en su mayoría, adolescentes de nivel secundario y en algunos casos universitario, creen estereotipos que vayan acorde a su conjunto social, dejándose llevar por opiniones y/o actuaciones de otras personas, y finalmente omitiendo su criterio propio. Por lo tanto, el grupo juvenil termina desenvolviéndose como su entorno, poniendo a un lado su autonomía y conciencia.
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Este hecho claramente afecta su crecimiento personal, pues a medida que pasa el tiempo se van formando seres que en muchos casos carecen de empatía y terminan desarrollando más factores dañinos; de ahí nace la importancia de generar desde el hogar y los diferentes entornos como el colegio, la responsabilidad de inspección de contenido que consume esta población y la necesidad de la comunicación directa, donde padres e hijos puedan dar a conocer sus puntos de vista creando un lazo de confianza y seguridad, pues así se prevendría que dicho grupo se sienta más seguro compartiendo su opinión en su ‘vida virtual’. Finalmente, el crecer en un entorno real y no solamente ficticio, es un factor imprescindible para el sano desarrollo social que necesitamos en la actualidad.