Con total alegría recibimos la noticia de la liberación de la religiosa oriunda del municipio de Buesaco, Gloría Cecilia Narváez, quien después de cuatro largos años que estuvo secuestrada en Malí, África, por un grupo afiliado a Al Qaeda, logró quedar en libertad gracias al trabajo de las autoridades internacionales.
Tristemente, y hay que decirlo, aquí en Colombia el Gobierno Nacional no tuvo gran incidencia en esta liberación, así en redes sociales salgan nuestros dirigentes de turno a sacar pecho por esta buena noticia de la religiosa nariñense. Lo que sí es de valorar es todo el trabajo y las oraciones que muchos feligreses y religiosos de la comunidad franciscana realizaron para que Gloria Cecilia Narváez estuviese en libertad. Independientemente de la religión que profesemos esta noticia nos alegra demasiado debido a la complejidad del asunto.
Cuando hablo de complejidad hago referencia a lo peligroso, complicado y casi imposible que es evangelizar con el mensaje católico en territorios en donde se practica el Islam y muchos de sus creyentes son de ideología sunnita y radical.
Trasladar el mensaje católico a países del norte de África es una proeza debido a esta situación del radicalismo religioso.
Esta problemática no es nueva, teniendo en cuenta que los musulmanes han evitado a toda costa que otras religiones lleguen a sus territorios y, en muchos casos, estos han dado su propia vida para que se mantengan las doctrinas del Corán en sus zonas.
Así se evidenció en la guerra afgano soviética en donde durante el expansionismo de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, Urrs, se trató de imponer el ateísmo en territorio afgano, borrando así todo rastro del Islam de esta zona del centro de Asia, hecho que fue imposible debido a que los musulmanes dieron su vida para que esto no suceda.
Mucha sangre ha corrido y correrá sobre el suelo para mantener el Islam en gran parte del mundo de Medio Oriente, Asia y África. Es por eso que llegar con un mensaje católico a estas zonas musulmanes es sumamente arriesgado. Ante ello, muchos países han prohibido la evangelización sobre sus zonas para evitar cualquier tipo de represalia de los grupos extremistas musulmanes.
Como se mencionó anteriormente, nos alegra de todo corazón la liberación de la hermana Gloria Cecilia Narváez y esperamos que pronto esté con su familia que tanto la esperó y anheló ver su regreso. Destacamos su valentía y amor por el prójimo a tal punto de arriesgar su propia vida llevando doctrinas totalmente contrarias a territorios en donde el catolicismo no es bien recibido.
Por: Juan David Galviz Eraso

