Por: Nicolás Escobar Bejarano.
Podría ser el titulo perfecto para una de las miles de películas que abundan en el catálogo de filmes románticos de Netflix, sin embargo, se trata de un mural que mide cerca de 32 metros de alto y se encuentra ubicado en la calle 26 con carrera 13, esto es, en el suroccidente de Bogotá.
El autor de esta maravillosa obra es el colectivo de arte “Vértigo graffiti”, quienes decidieron tomar las calles bogotanas como su lienzo predilecto. El mural esta inspirado en la fotografía homónima del reportero Héctor Fabio Zamora, en la que se muestra dos habitantes de la calle besándose en medio del caos del Bronx; y en la obra de arte “El beso” del pintor austriaco Gustav Klimt.
El mural tiene la intención de hacer un llamado a la reflexión y a la humanidad en medio del caos que produce la selva de cemento en la que se ha convertido la actual capital. En lo personal considero que es importante visibilizar los valores y sentimientos aun en medio de las peores circunstancias, pues este tipo de obras convierte las ciudades en eternas galerías de arte.
Me gusta imaginar la escena que produjo la fotografía original, imagino a esas dos personas deambulando entre calles oscuras y tenebrosas, riendo bajo la luz descolorida de un farol, en medio del olor a basura y sangre seca que emana del lugar. Como si nada existiera en ese instante, ni siquiera ellos; y de repente todo a su alrededor se ilumina, es el flash de Héctor Fabio Zamora, quien los ha escogido para convertirlos en eternos.
A la derecha, fotografía titulada: “El beso del Bronx” del reportero Héctor Fabio Zamora // A la derecha mural denominado: “El beso de los invisibles” del colectivo Vértigo graffiti.

