Mary Ortega lleva 32 años dedicada al oficio del barniz de Pasto, un arte patrimonial que aprendió a los 15 años de la mano de quien hoy es su esposo. Ambos estudiaban juntos, y fue él quien la introdujo a este mundo lleno de brillo y tradición. Desde entonces, Mary no ha parado de crear.
Comenzó trabajando en el taller de la familia de su esposo y con el tiempo se convirtió en una experta. Hoy realiza desde biombos hasta joyas en acero, pasando por bomboneras, guitarras decorativas, platos, centros de mesa, figuras como búhos, y muchas otras piezas elaboradas a mano con dedicación y detalle.
Gracias a su experiencia y talento, Mary ha representado al barniz de Pasto en ferias internacionales, incluyendo una exposición en Dubái. Asegura que estos espacios le han servido para visibilizar su trabajo y el de su familia, que también continúa la tradición.
Como maestra de maestras, ha compartido su conocimiento en escuelas taller, de la mano de la Fundación Mundo Espiral. Agradece profundamente este arte que le ha permitido contar historias, formar a otros y cruzar fronteras con sus manos como herramienta principal. Hoy sigue firme, creando belleza con barniz desde el corazón de Nariño.