Por: Carlos Álvarez.
El presidente Petro se dirigió el primero de mayo a una muchedumbre desde el balcón de la casa de Nariño. Ese mismo escenario se utilizó para dar posesión a los nuevos ministros después de la salida de algunos de ellos. Esta remoción implica poner el acelerador en los cambios que reclama el país en su gran mayoría.
Pidió el apoyo popular para las reformas de una manera singular que preocupó a la inmensa minoría defensora de los privilegios: si no se hacen puede haber una revolución. Pero lo que el presidente quiso decir (por sus propias explicaciones) es que será una revolución que quiere decir » volver a evolucionar» no se refirió a un estallido violento como comúnmente se interpreta el término porque estamos acostumbrados a pensar en por ejemplo en la Revolución Cubana o las de la historia como la Feamcesa, rusa. La misma norteamericana o la de Iberoamérica de la independencia etc. Se trata la de toma de conciencia de las clases explotadas y desprotegidas para apoyar en cambio
Por lo mismo se refirió a la «Revolución en marcha» del presidente Alfonso López Pumarejo con la doctrina de la tierra; la tierra es para quien la trabaja o también el fortalecimiento cimiento del sindicalismo y en general el papel primordial del Estado frente a los intereses del gran capital. Recordemos que después de aquellos años treinta comenzó la privatización. Basta recordar las comunicaciones (remember Telecom, los ferrocarriles y hace poco el intento de privatizar Ecopetrol que alcanzó a volverse empresa mixta por Uribe.
Puede interesarle: https://www.diariodelsur.com.co/el-puerto-de-tumaco-la-mejor-opcion/
A la reforma a la salud se le ha puesto todos los palos en la rueda, a las pensiones igual, a la tierra igual etc entonces el cambio prometido en la campaña necesita del apoyo popular y eso es una revolución que puede darse pacíficamente en las calles. Y a los jóvenes les toca construir el futuro que fue lo que pasó hace dos años con ellos y que llevaron a Petro al poder.
Que no nos suceda lo que pasó en el Perú que frustró el cambio impulsado por el Perú profundo, quechuas y aimaras que despertaron.