Desde Córdoba, ese rincón de Nariño, donde las montañas amanecen abrazadas por la neblina, nació el sueño de Kevin Cuaran. Un joven que, antes de saber de concursos y vitrinas, ya entendía que el color es otra forma de narrar la vida. Allá, entre caminos de tierra, gallos madrugadores y una comunidad que se reconoce en el saludo, encontró en el dibujo la manera más sincera de celebrar lo cotidiano.
A los 27 años, Kevin vio cómo ese talento que brotó entre cuadernos escolares y tardes en familia tomó vuelo. Su obra “Alpina Live, Alpina somos todos” no solo ganó la categoría Celebrar el presente en el Alpina Design Challenge 2025: también logró algo más profundo. Colocar en el empaque del Kumis Alpina ese producto que ha acompañado meriendas, onzas, desayunos y recuerdos un pedacito de Córdoba, de su gente y de su identidad.
Su diseño es fiesta y gratitud: el campesino ordeñando la leche, la mesa familiar, la sonrisa compartida. Un homenaje al trabajo silencioso, al afecto sencillo, a la historia que se repite día tras día en hogares colombianos.
Hoy, millones sostienen en sus manos su creación sin saber que allí late un territorio entero. Kevin, con trazos firmes y corazón humilde, demuestra que el arte también es pertenecer, recordar y volver siempre al origen.

