Ejército Nacional desmantela megalaboratorio en zona rural de Tumaco

En una contundente operación militar desarrollada por la Fuerza de Tarea Hércules del Ejército Nacional, en coordinación con la Fuerza Aeroespacial Colombiana, fue ubicado y destruido un laboratorio para el procesamiento de clorhidrato de cocaína en zona rural del municipio de Tumaco, Nariño. La acción, que constituye un golpe estratégico contra las estructuras del narcotráfico en el suroccidente colombiano, estuvo marcada por un hecho crítico: una asonada protagonizada por cerca de 200 personas impidió la captura de alias Piponcho, segundo cabecilla de la autodenominada Coordinadora Nacional del Ejército Bolivariano, perteneciente a la estructura Óliver Sinisterra, facción residual de la Segunda Marquetalia.

Los hechos ocurrieron en la vereda Brisas de Mataje, una zona identificada como corredor estratégico para el narcotráfico en el Pacífico nariñense. Gracias a labores de inteligencia militar, se logró establecer la ubicación del complejo cocalero, equipado con hornos, calentadores, herramientas de empaque y cientos de galones de insumos líquidos. La infraestructura tenía una capacidad estimada para producir mensualmente hasta 180 kilogramos de clorhidrato de cocaína, una cantidad que, en términos de mercado ilícito, representa ingresos superiores a los 800 millones de pesos colombianos. Durante el despliegue militar, los soldados identificaron la presencia de alias Piponcho, uno de los principales objetivos de las Fuerzas Armadas en la región. Sin embargo, la situación tomó un giro inesperado cuando, en un acto planificado de resistencia civil, cerca de 200 personas rodearon a las tropas para permitir la huida del cabecilla en motocicletas. Este tipo de acciones, conocidas como asonadas, han sido recurrentemente utilizadas por grupos ilegales para proteger a sus líderes y dificultar la acción de las autoridades.

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